RESUMEN |
Introducción
El arroz es el alimento básico para más de la mitad de la población mundial, además es el cultivo más importante del mundo cuando se considera la superficie en que se cultiva. Aunque es ampliamente sembrado en el continente americano, no alcanza los niveles de producción y empleo para la población rural como se produce en la mayor parte de Asia (Infoagro 2010). El arroz como grano básico para la alimentación humana, tiene una alta repercusión en la actividad agrícola de Centro América y el Caribe, en el caso específico de Costa Rica, el consumo per cápita es de 50,98 kg pilado por año de este cereal, además ha tenido gran auge tanto en su expansión como en el desarrollo de nuevas tecnologías productivas, que se ven reflejadas en el aumento de la producción, el rendimiento o la reducción de los costos. Prueba de ello, se puede mencionar que en el periodo 2009-2010, nuestro país tuvo una siembra de 66 415 hectáreas de arroz y para 2011-2012 la siembra fue de 77 240 ha, para una producción nacional de 250 849 y 261 644 toneladas de arroz granza seca y limpia, respectivamente. Esta actividad tiene un alcance de 1356 productores y quince agroindustrias (CONARROZ 2013). En Costa Rica, al momento de establecer este estudio y en la actualidad, se distribuyen fuentes de silicio importadas. Estos productos son recomendados para cualquier especie de cultivo, sin considerar las características de suelos donde se encuentran plantados y en muchos casos sin estudios respecto a dosis y frecuencia con que se deben aplicar. Para Costa Rica existen pocos resultados publicados de investigaciones que respalden los beneficios que pueden generar las fuentes de silicio, ya sea al suelo, a los cultivos en los cuales se recomiendan; tampoco hay información referente al costo/beneficio que el productor puede obtener. En ese sentido, se recurre a investigaciones producidas fuera de nuestras fronteras, donde se encuentra que, el uso de estos productos tienen bondades cuando son utilizados en gramíneas y en suelos tropicales, principalmente cuando estos tienen tendencia ácida o con otra degradación de fertilidad química (Fihlo et al. 2000, Hernández 2002, Chaudhary et al. 2003, Quero 2008, Viana 2008b). Para lograr buenos niveles de silicio asimilable por las plantas, deben aplicarse al suelo productos que al reaccionar con el agua formen ácido silícico, que es débilmente adherido en el suelo. Este, a pesar de tener poca migración en el suelo (Fertilizante de Centroamérica S.A 2004), tiene el inconveniente que puede perderse por lixiviación (Viana 2008b). Pero además, los silicatos tienen otros efectos importantes como los son la transferencia de resistencia contra enfermedades, ataque de insectos y al “volcamiento” de las plantas de arroz (Fihlo et al. 2000, Hernández 2002, Quero 2007). Estos estudios se han llevado a cabo mayoritariamente en arroz y caña de azúcar (Fihlo et al. 2000, Hernández 2002, Kornörfer et al. 2002, Chaudhary et al. 2003). De ese modo, Chaudhary et al. (2003) indican que una buena producción de arroz puede extraer del suelo entre 467 y 560 kg/ha de Si, incrementándose la producción y acumulación de SiO2 en la epidermis de las hojas. Winslow (1992) y Datnoff et al. (1997), mencionan que el Si se acumula en forma activa en arroz en concentraciones iguales o mayores al 5%, esto le confiere a la planta no solo resistencia a enfermedades fúngicas sino también promueven un mayor crecimiento. El silicio se absorbe como ortosilícico Si(OH)4 y metasilícico (H2SiO3 ), en arroz del 4 a 7% de la materia seca aérea es silicio, mientras que en otras gramíneas es de 1 a 2% (Wild 1992). En el caso de arroz, se ha comprobado que el silicio induce una excelente resistencia contra enfermedades, producto de Rhizoctonia, Pyricularia, Helminthosporium, Rynchosporium, Sarocladium, etc. (Viana 2008b), las cuales, según la variedad y la época de siembra son muy importantes en la producción de arroz en Costa Rica, el hongo Sarocladium oryzae en conjunto con las bacterias Pseudomonas y Xanthomonas y el ácaro Steneotarsonemus spinky forman un complejo que ocasiona, alto índice de vaneo y manchado del grano4. En ese sentido, el efecto de S. oryzae ha sido una de las enfermedades más discutidas en los últimos años y que las esporas de este hongo son transportadas por S. spinky, causando la pudrición de la vaina y manchado del grano. Este complejo fue reportado en Costa Rica en mayo del 2004; desde entonces los esfuerzos se han enfocado en revisar la información científica y en capacitación con la finalidad de desarrollar investigaciones básicas y aplicadas que permitan el manejo del complejo ácaro-hongo (Almaguel y Botta 2005).
Los beneficios que pueden ser alcanzados con el aporte adecuado del silicio, es la restauración de la fertilidad de los suelos a través del tiempo, al elevar la capacidad de intercambio catiónica, mejorar el contenido de calcio, magnesio, fósforo, entre otros elementos (Quero 2008, Hernández 2002, Fihlo et al. 2000).
La elevación de la concentración del silicio, también tiene efecto en la disminución de la toxicidad por hierro (Fe) y manganeso (Mn) en el cultivo de arroz (Hernández 2002, Fihlo et al. 2000). La razón más acertada es que la presencia de silicio en las plantas, hace que en las hojas y tallos se incremente la cantidad de oxígeno, el cual es impulsado hacia el parénquima de las raíces, oxidando la rizosfera, y logrando que el Fe y el Mn reducido se oxide, evitando una excesiva toma de estos elementos por parte de las plantas (Viana 2008b). La toxicidad por Fe y Mn en arroz se produce en Costa Rica, debido al manejo del agua en área bajo riego o por encharcamiento en zonas donde se siembra este cultivo en secano.
Es probable que por estos beneficios, en Japón el 25% del área cultivada con arroz reciba anualmente aplicaciones de silicatos de calcio que puede variar entre 0,5 a 1,0 t/ha. De la misma manera, en Brasil desde 1990 la siembra de arroz en zonas degradadas recibe aporte de silicatos en cantidades recomendadas entre 1,5 a 2,0 t/ha (Fihlo et al. 2000).
Por lo anterior, se estableció un experimento con el uso de silicio en arroz, cuyo objetivo fue evaluar el efecto de la aplicación de silicio y alternativas químicas (plaguicidas) sobre la fertilidad del suelo, la incidencia de enfermedades y plagas insectiles, el rendimiento y la calidad de arroz
Materiales y Métodos
Localización del área experimental y siembra
El estudio de campo comprendió dos períodos, desde abril a octubre de los años 2010 y 2011, en el mismo lote en un suelo inceptisol de origen aluvial en la finca La Vega, localizada en Florencia de San Carlos, Alajuela, Costa Rica. El lote se encuentra a una altura de 75 msnm, en las coordenadas geográfica 10° 26’ 22” N y 84° 31’ 38” O. La precipitación durante cada uno de los períodos de campo fue de 2229,7 y 2144,6 mm. La temperatura media anual de la zona en los meses correspondientes al período del estudio fue de 26,2 ºC, con máxima y mínima de 31ºC y 21,4ºC, respectivamente.
La variedad utilizada fue CR 4477, a una densidad de siembra de 128 kg/ha, sembrada en secano en hilera con sembradora accionada por tractor. Esta variedad tradicionalmente se siembra en la zona, tiene la cualidad de presentar buena adaptación en secano y muy buena bajo riego. La planta de arroz presenta tres fases fenológicas claramente definidas, vegetativa, reproductiva y maduración. En esta variedad, la primera fase finaliza a los 51 días después de la germinación (DDG), cuando se inicia la diferenciación de la panícula, la fase reproductiva inicia al terminar la vegetativa y finaliza con el inicio de la formación de la panícula y la floración, en esta variedad se produce a los 80 DDG, finalmente, la fase de maduración comprende el período entre la floración y la maduración completa del grano, con el final de esta etapa se ha completado el ciclo de la planta, es indicativo del momento de la cosecha, que en este material genético se realiza a partir de los 115 DDG (ONS 2003).
El suelo presentó las siguientes características: pH 4,9, 29 ppm de P, 44,7 ppm de Si, acidez intercambiable y suma de bases de 1,2 y 19,11 cmol(+)/l, respectivamente, y alto contenido de Fe (564 ppm). Al finalizar la cosecha se realizaron análisis de suelo, con las características mencionadas anteriormente, en cada una de las unidades experimentales en los dos años consecutivos, utilizando el método Olsen modificado para P, K y elementos menores, KCl 1M para acidez, Ca y Mg y HOAC 0,5 M para el caso del Si. La toma de las mues-tras foliares se realizó a los 90 días después de la siembra (DDS) en los dos años (2010 y 2011), en la hoja más joven abierta, normalmente corresponde a la tercera hoja.
Variables evaluadas
Para el muestreo de incidencia de enfermedades y plagas insectiles se utilizó una cuadrícula de 0,25 m2, elaborada con tubo de PVC con diámetro de 1/2”, colocándola al azar en cada una de las unidades experimentales. En estas se hicieron las evaluaciones o conteo de presencia de signos y síntomas de enfermedades, larvas, pupas y adultos de plagas, cada dos semanas, se inició a los 55 DDS y finalizó a los 95 DDS, es decir a los 55, 67, 81 y 95 DDS. En el área de cada cuadrícula se hizo el conteo total de plantas y de presencia de enfermedades y plagas por planta, obteniendo de ese modo la incidencia de las enfermedades, es decir, en cada unidad experimental y fecha de conteo se relacionó el número de plantas afectadas con el número total de estas por cuadrícula, encontrándose Rhizoctonia sp. y en menor grado Helminthosporium sp. Para el caso de la presencia de insectos, en cada área de la cuadrícula por fecha de medición y por unidad experimental se hizo el conteo de presencia total de larvas, pupas y adultos. Además, durante la cosecha hecha a los 120 DDS, se tomaron muestras que fueron enviadas al laboratorio de la Corporación Nacional Arrocera (Reforma del Decreto N°34487-MEIC-MAG-S RTCR 406-2007 2008), determinándose el porcentaje de granos manchados producto de la incidencia de enfermedades en los tratamientos.
Los suelos tropicales normalmente son ácidos o con tendencia a la acidez, debido a la baja saturación de bases, dada por la extracción de las plantas por el uso intensivo de los suelos, la lixiviación y la escorrentía a causa de las lluvias a través del tiempo, al material parental, a procesos de nitrificación, descomposición de la materia orgánica o bien a la baja capacidad de intercambio catiónica por su origen, es decir, baja fertilidad. La presencia de suelos degradados es común en América Latina y, Costa Rica no es la excepció
La evaluación del rendimiento se realizó en un área de 6,4 m2 (1,6 m de ancho y 4 m de largo), área que corresponde a la cosecha de doce hileras de plantas de arroz en cada área útil por unidad experimental. De la cosecha se tomaron muestras entre 4 y 5 kg que fueron enviadas a CONARROZ para determinar la calidad molinera que incluye: impurezas, humedad, rendimiento de pilada, grano entero, quebrado grueso, puntilla, semolina, porcentaje de granos con cincuenta porcientos o más de su superficie con apariencia al yeso, grano manchado, entre otros. También se evaluaron los componentes de rendimiento, como granos llenos, vanos, peso de 1000 granos. Además de lo anterior, se analizaron los tallos totales y efectivos (plantas con y sin panícula). La longitud de panícula se midió desde el nudo ciliar hasta el ápice de la misma y se clasificó en las categorías: categoría 1: menor a 20 cm, categoría 2: entre 20 a 25 cm y categoría 3: mayores a 25 cm.
Tratamientos y diseño experimental
Se establecieron cinco tratamientos: 1. Sin silicio pero con tratamiento
químico para el control de enfermedades y plagas (tratamiento testigo = TT), 2.
Con silicio aplicado al suelo y con tratamiento químico para el control de
enfermedades y plagas (silicio al suelo más plaguicidas o alternativas químicas
= SSP), 3. Con silicio aplicado al suelo y sin tratamiento químico para el
control de enfermedades y plagas (tratamiento silicio al suelo = SS), 4. Con
silicio aplicado al follaje y con tratamiento químico para el control de
enfermedades y plagas (silicio foliar más plaguicidas o alternativas químicas =
SFP), 5. Con silicio aplicado al follaje y sin tratamiento químico para el
control de enfermedades y plagas (silicio foliar = SF).
Cada tratamiento contó con cuatro repeticiones, cada una con una superficie de
300 m2. Las unidades experimentales, al igual que los bloques, se
separaron por 0,5 m. El ensayo se realizó en un diseño de bloques al azar con
arreglo factorial aumentado (2 x 2 + 1), donde los factores son silicio, sea
este aplicado al suelo o foliar, y aplicación o no de productos químicos para
el control de plagas y enfermedades en cada uno de los tratamientos de silicio
(suelo y foliar), más un adicional que fungió como testigo (TT). Para el
análisis de los datos de cada variable se utilizó el programa InfoStat versión
2008 (Balzarini et al. 2008), primeramente se hizo un ANDEVA
con y sin la inclusión del tratamiento testigo, posteriormente, en aquellas
variables que hubo diferencias significativas, se procedió a realizar la prueba
de Tukey para el primer caso (con todos los tratamientos SS, SSP, SF, SFP y TT)
y para el caso sin la inclusión del testigo, a los tratamientos silicio con y
sin plaguicidas (SS, SSP, SF, SFP).
El tratamiento al suelo consistió en un polvo fino a base de silicio aplicado
al voleo 15 días antes de la siembra en una dosis de 100 kg/ha de SiO2,
en las mismas unidades experimentales en los dos años consecutivos. Mientras
que en el tratamiento con silicio foliar se utilizó un producto comercial
formulado como suspensión concentrada con 40% SiO2 y 36% MgO
sin contaminantes con otros minerales, aplicado al follaje sin ser mezclado con
otros productos, con bomba manual a la dosis de 4 l/ha por aplicación, a los 17
y 30 días después de la siembra, este tratamiento, igual que los demás, se hizo
en las mismas parcelas en los dos años consecutivos. El tratamiento con
alternativas químicas (plaguicidas), únicamente se utilizó como testigo, con el
control químico habitual de la finca, aplicado con un equipo con catorce
boquillas, accionado por la toma de fuerza de un tractor.
Los productos usados en el área experimental consistieron en herbicidas,
insecticidas, fungicidas y fertilizantes, como se indica a continuación.
Herbicidas antes de la germinación del cultivo Cyclosulfamurón 70 DG
(Sulfamoilurea) 47 g/ ha, Pendimentalina 50 EC (Dinitroanilina) 2 l/ha y
Butaclor-cloroacetamida 60 EC 3 l/ha. A los 45 DDS se aplicó Propanil-anílofos
48 EC (3,4-dicloropro-pionanilida) 4 l/ha, Bispiribac sodio 40,8 SC (Ácido
pirimidiniloxibenzoico) 115 ml/ha, Cyhalofop n-butil éster 18 EC
Butil-2-[4-(4-ciano-2fluorofenoxi)fenoxi] 0,6 l/ha. A los 80 DDS se aplicó
Pretilaclor 500 EC (2-cloro-2,6-dietil-N-(2-propoxietil) acetanilida) 1,8 l/ ha
y Triclopir 48 EC (3,5,6-Tricloro-2 piridiloxy ácido acético (triclopir BEE))
0,47 l/ha. A nivel comercial en lotes con siembra en suelos mínima labranza se
aplica-ron, además Glifosato 35,6 SL (N-fósfono-metil glici-na) y 2,4-D Amina
2-(2,4-diclorofenoxi) ácido acético.
Los insecticidas y fungicidas fueron: Dimetoato 48 EC (Órganofosforado) 0,5
l/ha y Carbendazina 50 SC (Metil benzimidazol-2-ylcarbamato) 0,6 l/ha, a los 20
DDS. Lambda-cithalotrina 5 CS (Piretroide) 0,35 l/ha y
terbuconazole-triadimenol 30 EC (0,5 l/ ha), a los 45 DDS. Cypermetrina-
dimetoato 25 EC (Poretroide-órganofosforado) 1 l/ha y Carbendazina 50 SC (Metil
benzimidazol-2 -ylcarbamato) 1 l/ha más Valimidamicina A. 10 SL (Antibiótico)
0,8 l/ha, a los 80 DDS. Finalmente a los 93 DDS se aplicaron el insecticida
Clorpyrifos 5 GR a la dosis de 10 kg/ha y los fungicidas
Azoxystrobin-metoxiacrilato 50 WG 0,3 l/ha y Carbendazina 50 SC (Metil benzimidazol-2-ylcarbamato)
1 l/ha.
El plan de fertilización al suelo consistió en la aplicación de las fórmulas
10-30-10 (125 kg/ha) y 13-24-20 (135 kg/ha) durante la siembra de 2010 y 2011
respectivamente; 26-0-26 (150 kg/ha) y 30-0-15-0-0-4(S) (150 kg/ha) a los 25
DDS durante la siembra de 2010 y 2011 respectivamente. Finalmente, a los 60 DDS
las fórmulas 46-0-0 y 18-0-30-0-0-1,05 (Zn) (150 kg/ha cada una) en el orden de
la siembra. A nivel del follaje se aplicaron fertilizantes foliares a los 45
DDS. Los productos usados fueron dos multiminerales con elementos mayores más
CaO 1,4% y extractos de plantas 70% el primero y el segundo nitrógeno total
7,2%, aminoácidos 26% y vitaminas, a la dosis de 1,0 y 0,75 l/ha,
respectivamente. Luego a los 93 DDS se aplicó otro multimineral solución
líquida (SL) (2,5 l/ha), que además de los elementos mayores contiene Zn: 664,
Cu: 332, Mn: 332, Fe: 415, entre otros componentes como polisacáridos.
Resultados y discusión
Efecto de la aplicación de silicio en la fertilidad de los suelos
Los análisis de suelos mostraron que únicamente hubo diferencia estadística
(p-valor≤0,05) entre los tratamientos con respecto al elemento zinc y en las
interacciones entre la aplicación de silicio y de plaguicidas en los elementos
zinc y cobre disponibles en el suelo en la siembra de 2011ossultados contradicen lo
expuesto por Quero y Cárdenas (2006), quienes indican que el silicio aplicado
al suelo optimiza la nutrición en elementos como fósforo (P), potasio (K) y
zinc (Zn).
Los resultados obtenidos a partir del análisis de suelo hecho previo a la
siembra y los realizados posterior a las cosechas fueron similares, sin
presentarse efecto del silicio en las variables pH, acidez intercambiable,
sumatoria de bases, fósforo, silicio, potasio, magnesio, calcio, manganeso,
hierro, entre otras. Sin embargo, entre los resultados del análisis del
elemento Si en el suelo después de cada una de las cosechas hubo diferencia,
cuyos valores en el 2011 superaron a los de 2010.
Los resultados obtenidos a partir del análisis de suelo hecho previo a la
siembra y los realizados posterior a las cosechas fueron similares, sin
presentarse efecto del silicio en las variables pH, acidez intercambiable,
sumatoria de bases, fósforo, silicio, potasio, magnesio, calcio, manganeso,
hierro, entre otras. Sin embargo, entre los resultados del análisis del
elemento Si en el suelo después de cada una de las cosechas hubo diferencia,
cuyos valores en el 2011 superaron a los de 2010.
Los resultados obtenidos a partir del análisis de suelo hecho previo a la
siembra y los realizados posterior a las cosechas fueron similares, sin
presentarse efecto del silicio en las variables pH, acidez intercambiable,
sumatoria de bases, fósforo, silicio, potasio, magnesio, calcio, manganeso,
hierro, entre otras. Sin embargo, entre los resultados del análisis del
elemento Si en el suelo después de cada una de las cosechas hubo diferencia,
cuyos valores en el 2011 superaron a los de 2010, pero este resultado
no se tradujo en mejorías de las otras variables de suelo y de cultivo
estudiado.
El comportamiento de los resultados entre tratamiento en el suelo es contrario
a lo reportado y a lo propuesto por Quero (2008), Viana (2008b), Quero y
Cárdenas (2006), Fertilizantes de Centroamérica (2004), entre otros autores,
quienes indican que la aplicación de fuentes solubles de silicio al suelo
mejora la fertilidad de este, en cuanto a la disminución del contenido de
acidez intercambiable, incremento de la capacidad de intercambio catiónico,
mayor disponibilidad del contenido de bases (calcio, magnesio, potasio),
incremento de la solubilidad del fósforo que se encuentra fijado con el
aluminio, hierro y manganeso en suelos con pH ácido. Para lograr estos
beneficios, el suelo debe tener condiciones que cumplan con 100 a 200 mg/l de
silicio soluble (Quero 2008), valores que son superiores al valor medio más
alto (75,5 mg/l) encontrado en este estudio. En cambio, Vindas (2011) encontró
respuesta positiva en la disminución de acidez intercambiable en suelos,
después de dos años de aplicaciones de silicio cada mes en banano; en el caso
del estudio que nos compete no se encontró ese resultado, con la diferencia que
las aplicaciones se hicieron una vez cada año como normalmente lo hacen los
productores de cultivos anuales, frecuencia de aplicación con la cual
posiblemente no se alcancen los resultados deseados.
Efecto de la aplicación de silicio en la concentración de nutrimentos en las
hojas
El contenido de manganeso a nivel de hojas en la siembra de 2010, mostró
diferencia estadística significativa (p-valor ≤ 0,05) en el tratamiento SF
respecto a los demás.
El comportamiento de los resultados entre tratamiento en el suelo es contrario
a lo reportado y a lo propuesto por Quero (2008), Viana (2008b), Quero y
Cárdenas (2006), Fertilizantes de Centroamérica (2004), entre otros autores,
quienes indican que la aplicación de fuentes solubles de silicio al suelo
mejora la fertilidad de este, en cuanto a la disminución del contenido de
acidez intercambiable, incremento de la capacidad de intercambio catiónico,
mayor disponibilidad del contenido de bases (calcio, magnesio, potasio),
incremento de la solubilidad del fósforo que se encuentra fijado con el
aluminio, hierro y manganeso en suelos con pH ácido. Para lograr estos
beneficios, el suelo debe tener condiciones que cumplan con 100 a 200 mg/l de
silicio soluble (Quero 2008), valores que son superiores al valor medio más
alto (75,5 mg/l) encontrado en este estudio. En cambio, Vindas (2011) encontró
respuesta positiva en la disminución de acidez intercambiable en suelos,
después de dos años de aplicaciones de silicio cada mes en banano; en el caso
del estudio que nos compete no se encontró ese resultado, con la diferencia que
las aplicaciones se hicieron una vez cada año como normalmente lo hacen los
productores de cultivos anuales, frecuencia de aplicación con la cual
posiblemente no se alcancen los resultados deseados.
Efecto de la aplicación de silicio en la concentración de nutrimentos en las
hojas
El contenido de manganeso a nivel de hojas en la siembra de 2010, mostró
diferencia estadística significativa (p-valor ≤ 0,05) en el tratamiento SF
respecto a los demás (
El comportamiento de los resultados entre tratamiento en el suelo es contrario
a lo reportado y a lo propuesto por Quero (2008), Viana (2008b), Quero y
Cárdenas (2006), Fertilizantes de Centroamérica (2004), entre otros autores,
quienes indican que la aplicación de fuentes solubles de silicio al suelo
mejora la fertilidad de este, en cuanto a la disminución del contenido de
acidez intercambiable, incremento de la capacidad de intercambio catiónico,
mayor disponibilidad del contenido de bases (calcio, magnesio, potasio),
incremento de la solubilidad del fósforo que se encuentra fijado con el
aluminio, hierro y manganeso en suelos con pH ácido. Para lograr estos
beneficios, el suelo debe tener condiciones que cumplan con 100 a 200 mg/l de
silicio soluble (Quero 2008), valores que son superiores al valor medio más
alto (75,5 mg/l) encontrado en este estudio. En cambio, Vindas (2011) encontró
respuesta positiva en la disminución de acidez intercambiable en suelos,
después de dos años de aplicaciones de silicio cada mes en banano; en el caso
del estudio que nos compete no se encontró ese resultado, con la diferencia que
las aplicaciones se hicieron una vez cada año como normalmente lo hacen los
productores de cultivos anuales, frecuencia de aplicación con la cual
posiblemente no se alcancen los resultados deseados.
Efecto de la aplicación de silicio en la concentración de nutrimentos en las
hojas
El contenido de manganeso a nivel de hojas en la siembra de 2010, mostró
diferencia estadística significativa (p-valor ≤ 0,05) en el tratamiento SF
respecto a los demás. No obstante, todos
los tratamientos tienen valores de manganeso dentro del rango considerado
adecuado para el arroz, es decir, con poca probabilidad de ocasionar toxicidad
para este cultivo por no superar 1000 mg/kg (Rodríguez 1999).
Al realizar los análisis estadísticos en el contenido de elementos nutritivos
en las hojas, se encontró que sólo hubo diferencias significativas (p
-valor≤0,05) entre tratamientos en el contenido de Zn en las hojas y en la
interacción silicio- plaguicidas en el 2011 tanto en Zn como en Mg, en la
segunda siembra, con p- valor = 0,0012 y 0,025, respectivamente (
Al realizar los análisis estadísticos en el contenido de elementos nutritivos
en las hojas, se encontró que sólo hubo diferencias significativas (p
-valor≤0,05) entre tratamientos en el contenido de Zn en las hojas y en la
interacción silicio- plaguicidas en el 2011 tanto en Zn como en Mg, en la
segunda siembra, con p- valor = 0,0012 y 0,025, respectivamente (
Al realizar los análisis estadísticos en el contenido de elementos nutritivos
en las hojas, se encontró que sólo hubo diferencias significativas (p
-valor≤0,05) entre tratamientos en el contenido de Zn en las hojas y en la
interacción silicio- plaguicidas en el 2011 tanto en Zn como en Mg, en la
segunda siembra, con p- valor = 0,0012 y 0,025, respectivamente . La prueba de Tuckey, indicó que el
mejor tratamiento fue silicio al suelo con plaguicidas (SSP). Se observó que el
Zn fue significativo tanto en suelo como en hojas, principalmente cuando se
aplica el tratamiento silicio al suelo más plaguicidas al follaje y el
tratamiento con silicio foliar solo, pero no se repite el Cu a nivel de
resultados en las hojas, como sucedió en el suelo.
Otra posibilidad que podría sugerir influencia sobre el Zn es la aplicación de
fertilizante granular al suelo, durante el manejo del experimento en la segunda
siembra se aplicó una fórmula con 1,05% de Zn a los 60 días después de la
siembra (DDS), este 1,05% representa 1,57 kg/ha del elemento al aplicar 150
kg/ha de la fórmula, cantidad poco probable que apareciera en los resultados de
los análisis foliares y de suelos hechos a los 90 DDS y posterior a la cosecha
hecha a los 120 DDS.
El contenido de Si en las hojas no mostró diferencia significativa en los
tratamientos tanto en 2010 como en 2011, quizás debido a la variabilidad de los
resultados de los análisis en las unidades experimentales, con coeficientes de
variación de 25,37 y 20,26 en hojas y 31,2 en suelo. Se encontró que en 2011 el
contenido de Si en las hojas fue más alto en los tratamientos con silicio (Si):
SS, SF y SSP, excepto SFP, respecto al testigo TT; mientras que en el 2010 fue
más alto en todos los tratamientos al relacionarlo con el TT, manifestándose
una inclinación hacia el mejoramiento del silicio en las hojas con la
aplicación de este elemento.
A través de la prueba de t, se encontró que los valores de Si en las hojas en
el primer año (2010) fueron significativamente mayores que en la segunda
siembra, resultados que
deberían ser contrarios, mayores en las hojas en el 2011 después de haberse
aplicado dos veces (en 2010 y 2011) en las mismas unidades experimentales.
Los resultados que muestran los valores próximos a 3% de Si en las hojas en el
2010, son los más frecuentes y, en el 2011 el valor más frecuente es alrededor
de 2%. Estos datos no superan a los indicados por Winslow (1992), quien indica
que el Si se acumula en el arroz en cantidades iguales o mayores al 5%; Wild
(1992) indica que la materia seca de la parte tallo-hojas del arroz alcanza
entre 4 y 7% de Si, y Mitani y Feng (2005), obtuvieron concentración de 7,3%;
la diferencia radica en que los valores indicados por estos autores se refieren
a la parte de tallo y hojas en conjunto, mientras que los resultados del
análisis en este estudio solo contempla las hojas.
Los elementos que mostraron diferencias significativas, tales como el Zn tanto
en suelo como en hojas, el Cu en suelo, el Mg y el Mn en hojas, sugieren una
tendencia a que los mejores tratamientos fueron Si al suelo más plaguicidas
(SSP) y Si foliar sin plaguicidas (SF). Lo anterior indica que el uso de Si
foliar, mejora la absorción de estos elementos desde el suelo; por el
contrario, al aplicar el tratamiento Si al suelo (SS) no mejoró la presencia de
Zn, Cu, Mg y Mn, pero sí cuando se combinó con aplicaciones de plaguicidas a
nivel foliar.
Estos resultados sugieren que al parecer existe algún mecanismo de acción en
conjunto entre la aplicación de Si al suelo y el uso de plaguicidas en el
follaje. Este mecanismo puede ser debido a que los elementos del factor climático,
mayormente lluvia y temperatura, que son importantes en esta zona, actúan sobre
los minerales arcillosos del suelo liberando elementos nutricionales que en
conjunto con el Si aplicado al suelo o natural, interactúen formando silicatos
que pueden o no ser solubles, pero a su vez liberan otros elementos, que
mejoran la disponibilidad de estos nutrimentos y la fertilidad en general del
suelo (Quero 2008, Viana 2008b), este proceso ayudado por el posible control de
plagas que ejercen los plaguicidas, podría coadyuvar a que el silicio aplicado
se manifieste mejor. Por otro lado, la aplicación de silicio tiene acción
sinérgica con el calcio, el magnesio, el potasio, entre otros elementos,
mejorando el comportamiento de las plantas (Viana 2008b), posible razón del
comportamiento del tratamiento Si aplicado a nivel foliar sin adicionar
plaguicidas, pero que a la postre no se tradujo en mejoramiento de los
rendimientos.
Incidencia de enfermedades y plagas insectiles en el cultivo
La aplicación y asimilación de Si tiende a reducir la incidencia y severidad de
enfermedades e insectos en el cultivo del arroz (Datnoff et al. 1990,
1991, Osuna-Canizales et al. 1991, Hernández 2002,
Claudhary et al. 2003, Viana 2008a). Wild (1992) y Jones y
Handreck (1967) asocian este comportamiento a que el silicio es absorbido por
las plantas como ácido silícico, lo que hace suponer que el mecanismo de
resistencia de la planta esté asociado a la cantidad de silicio en el tejido
celular; igual idea presentan Winslow (1992) y Datnoff et al. (1997),
dado que el Si se acumula en forma activa en el arroz con valor ≥5%, lo que
confiere crecimiento y resistencia
Esta resistencia aumenta directamente con el con-tenido de Si en la planta; sin
embargo, en este experimento no se encontró diferencia estadística
significativa a la aplicación de silicio tanto al suelo como a las hojas para
la presencia de enfermedades, debido a la baja concentración de Si encontrada
en las hojas en todos los tratamientos, la cual fue de alrededor de 3 y 2% en los
años 2010 y 2011, respectivamente. A pesar de la baja concentración de Si en
las hojas, sin importar los tratamientos, se observó que el porcentaje promedio
de incidencia de enfermedades fue muy bajo y similar en cada tratamiento, con
un rango entre 11,01% encontrado en el tratamiento silicio aplicado al suelo
más plaguicidas (SSP) en el tercer muestreo del año 2010 y 0,92% registrado en
el mismo tratamiento, pero en el primer muestreo del año 2011. Del mismo modo,
en varias unidades experimentales no se encontró lar-vas, pupas ni adultos en
lo que se refiere a plagas. Es probable, que aunque las parcelas fueron
relativamente grandes y limitadas una de otra para aislar el efecto de la
deriva entre tratamientos con y sin plaguicidas, las condiciones de aplicación
de plaguicidas en el entorno y manejo en general (producción de arroz comercial
en la finca) afectaran la dinámica de las plagas y enferme-dades, puesto que el
comportamiento de la temperatura y distribución de las lluvias fueron similares
a años anteriores con presencia de plagas. Los análisis estadísticos realizados
a la población de plantas muestreadas para incidencia de enferme-dad no
muestran diferencia estadística significativa (p≥0,05), lo que sugiere que hubo
uniformidad en la población de plantas muestreadas para las variables de
incidencia de enfermedad e insectos.
La variedad utilizada, CR 4477, es susceptible a Rhizoctonia sp., Pseudomonas sp.
y Sarocladium sp., por otro lado muestra tolerancia alta
a Pyricularia sp y cierta tolerancia a Helminthosporium sp.
(ONS 2003), lo que concuerda con resultados de enfermedades encontrados donde
en muestras tomadas en algunas unidades experimentales de los tratamientos y
observadas en el microscopio, se encontró la presencia de Rhizoctonia sp.
y en menor grado Helminthosporium sp., estos resultados al no
ser obtenidos en cada una de las repeticiones de los tratamientos no fueron
analizados estadísticamente, puesto que no era objetivo de este estudio
especificar las enfermedades presentes, sino únicamente la incidencia de
enfermedades.
Componentes de rendimientos
Los tallos totales se contabilizaron en un rango de 480 y 416 tallos/m2, siendo
el tratamiento SS el de mayor cantidad, mientras que el tratamiento con menor
cantidad promedio fue SSP. En esta variable, igual que en tallos efectivos y
porcentaje de granos vanos, no hubo diferencia significativa (p≤0,05). Los
tallos efectivos fueron menores que 450/m2, valor considerado óptimo
por Rivera (2011).
Respecto a la cantidad y longitud de panículas, se encontró que hubo diferencia
estadística (p≤0,05) entre tratamientos en la cosecha 2010, en este caso el SS
presentó la mayor cantidad de panículas de menor tamaño (categoría 1, es decir
panículas pequeñas, con menos de 20 cm); mientras que en la cosecha de 2011
hubo interacción silicio-plaguicidas (SSP) en las panículas categoría 1 (
Los resultados que muestran los valores próximos a 3% de Si en las hojas en el
2010, son los más frecuentes y, en el 2011 el valor más frecuente es alrededor
de 2%. Estos datos no superan a los indicados por Winslow (1992), quien indica
que el Si se acumula en el arroz en cantidades iguales o mayores al 5%; Wild
(1992) indica que la materia seca de la parte tallo-hojas del arroz alcanza
entre 4 y 7% de Si, y Mitani y Feng (2005), obtuvieron concentración de 7,3%;
la diferencia radica en que los valores indicados por estos autores se refieren
a la parte de tallo y hojas en conjunto, mientras que los resultados del
análisis en este estudio solo contempla las hojas.
Los elementos que mostraron diferencias significativas, tales como el Zn tanto
en suelo como en hojas, el Cu en suelo, el Mg y el Mn en hojas, sugieren una
tendencia a que los mejores tratamientos fueron Si al suelo más plaguicidas
(SSP) y Si foliar sin plaguicidas (SF). Lo anterior indica que el uso de Si
foliar, mejora la absorción de estos elementos desde el suelo; por el
contrario, al aplicar el tratamiento Si al suelo (SS) no mejoró la presencia de
Zn, Cu, Mg y Mn, pero sí cuando se combinó con aplicaciones de plaguicidas a
nivel foliar.
Estos resultados sugieren que al parecer existe algún mecanismo de acción en
conjunto entre la aplicación de Si al suelo y el uso de plaguicidas en el
follaje. Este mecanismo puede ser debido a que los elementos del factor climático,
mayormente lluvia y temperatura, que son importantes en esta zona, actúan sobre
los minerales arcillosos del suelo liberando elementos nutricionales que en
conjunto con el Si aplicado al suelo o natural, interactúen formando silicatos
que pueden o no ser solubles, pero a su vez liberan otros elementos, que
mejoran la disponibilidad de estos nutrimentos y la fertilidad en general del
suelo (Quero 2008, Viana 2008b), este proceso ayudado por el posible control de
plagas que ejercen los plaguicidas, podría coadyuvar a que el silicio aplicado
se manifieste mejor. Por otro lado, la aplicación de silicio tiene acción
sinérgica con el calcio, el magnesio, el potasio, entre otros elementos,
mejorando el comportamiento de las plantas (Viana 2008b), posible razón del
comportamiento del tratamiento Si aplicado a nivel foliar sin adicionar
plaguicidas, pero que a la postre no se tradujo en mejoramiento de los
rendimientos.
Incidencia de enfermedades y plagas insectiles en el cultivo
La aplicación y asimilación de Si tiende a reducir la incidencia y severidad de
enfermedades e insectos en el cultivo del arroz (Datnoff et al. 1990,
1991, Osuna-Canizales et al. 1991, Hernández 2002,
Claudhary et al. 2003, Viana 2008a). Wild (1992) y Jones y
Handreck (1967) asocian este comportamiento a que el silicio es absorbido por
las plantas como ácido silícico, lo que hace suponer que el mecanismo de
resistencia de la planta esté asociado a la cantidad de silicio en el tejido
celular; igual idea presentan Winslow (1992) y Datnoff et al. (1997),
dado que el Si se acumula en forma activa en el arroz con valor ≥5%, lo que
confiere crecimiento y resistencia
Esta resistencia aumenta directamente con el con-tenido de Si en la planta; sin
embargo, en este experimento no se encontró diferencia estadística
significativa a la aplicación de silicio tanto al suelo como a las hojas para
la presencia de enfermedades, debido a la baja concentración de Si encontrada
en las hojas en todos los tratamientos, la cual fue de alrededor de 3 y 2% en los
años 2010 y 2011, respectivamente. A pesar de la baja concentración de Si en
las hojas, sin importar los tratamientos, se observó que el porcentaje promedio
de incidencia de enfermedades fue muy bajo y similar en cada tratamiento, con
un rango entre 11,01% encontrado en el tratamiento silicio aplicado al suelo
más plaguicidas (SSP) en el tercer muestreo del año 2010 y 0,92% registrado en
el mismo tratamiento, pero en el primer muestreo del año 2011. Del mismo modo,
en varias unidades experimentales no se encontró lar-vas, pupas ni adultos en
lo que se refiere a plagas. Es probable, que aunque las parcelas fueron
relativamente grandes y limitadas una de otra para aislar el efecto de la
deriva entre tratamientos con y sin plaguicidas, las condiciones de aplicación
de plaguicidas en el entorno y manejo en general (producción de arroz comercial
en la finca) afectaran la dinámica de las plagas y enferme-dades, puesto que el
comportamiento de la temperatura y distribución de las lluvias fueron similares
a años anteriores con presencia de plagas. Los análisis estadísticos realizados
a la población de plantas muestreadas para incidencia de enferme-dad no
muestran diferencia estadística significativa (p≥0,05), lo que sugiere que hubo
uniformidad en la población de plantas muestreadas para las variables de
incidencia de enfermedad e insectos.
La variedad utilizada, CR 4477, es susceptible a Rhizoctonia sp., Pseudomonas sp.
y Sarocladium sp., por otro lado muestra tolerancia alta
a Pyricularia sp y cierta tolerancia a Helminthosporium sp.
(ONS 2003), lo que concuerda con resultados de enfermedades encontrados donde
en muestras tomadas en algunas unidades experimentales de los tratamientos y
observadas en el microscopio, se encontró la presencia de Rhizoctonia sp.
y en menor grado Helminthosporium sp., estos resultados al no
ser obtenidos en cada una de las repeticiones de los tratamientos no fueron
analizados estadísticamente, puesto que no era objetivo de este estudio
especificar las enfermedades presentes, sino únicamente la incidencia de
enfermedades.
Componentes de rendimientos
Los tallos totales se contabilizaron en un rango de 480 y 416 tallos/m2, siendo
el tratamiento SS el de mayor cantidad, mientras que el tratamiento con menor
cantidad promedio fue SSP. En esta variable, igual que en tallos efectivos y
porcentaje de granos vanos, no hubo diferencia significativa (p≤0,05). Los
tallos efectivos fueron menores que 450/m2, valor considerado óptimo
por Rivera (2011).
Respecto a la cantidad y longitud de panículas, se encontró que hubo diferencia
estadística (p≤0,05) entre tratamientos en la cosecha 2010, en este caso el SS
presentó la mayor cantidad de panículas de menor tamaño (categoría 1, es decir
panículas pequeñas, con menos de 20 cm); mientras que en la cosecha de 2011
hubo interacción silicio-plaguicidas (SSP) en las panículas categoría 1 , el tratamiento SF
tuvo la mayor cantidad. Cuando se aplicó plaguicidas la
cantidad en esta categoría disminuyó, resultando favorable para el rendimiento,
puesto que con la presencia de panículas de mayor longitud existe alta
probabilidad de mayor rendimiento de granos. En las categorías de panícula con
mayor longitud (> 20 cm) no hubo diferencia estadística entre tratamientos,
pero aquellos a los que se les aplicó plaguicidas tienen, por lo general, mayor
porcentaje de panículas categoría 2 .
En la cosecha de 2010 al hacer los análisis estadístico incluyendo el testigo
no hubo diferencias significativas, pero al analizar los tratamientos silicio
con o sin plaguicidas hubo interacción silicio-plaguicidas (p≤0,05) para el
peso de 1000 granos, siendo el tratamiento SF el mejor estadísticamente (
En la cosecha de 2010 al hacer los análisis estadístico incluyendo el testigo
no hubo diferencias significativas, pero al analizar los tratamientos silicio
con o sin plaguicidas hubo interacción silicio-plaguicidas (p≤0,05) para el
peso de 1000 granos, siendo el tratamiento SF el mejor estadísticamente (
En la cosecha de 2010 al hacer los análisis estadístico incluyendo el testigo
no hubo diferencias significativas, pero al analizar los tratamientos silicio
con o sin plaguicidas hubo interacción silicio-plaguicidas (p≤0,05) para el
peso de 1000 granos, siendo el tratamiento SF el mejor estadísticamente con un promedio de
27,01 g y el menor peso de 24,41 g correspondió al tratamiento SS, pero en la
cosecha de 2011, el trata-miento SF no mantuvo esa mejoría respecto a los demás
tratamientos, al presentar el peso más bajo con 24,83 g, estadísticamente
significativo, por lo que se admite que el efecto por ese tratamiento no fue
consistente entre una cosecha y la otra. Resultados como los obtenidos con las
categorías de longitud de panículas en el tratamiento SS (mayor porcentaje de
panículas pequeñas, pero menor en las categorías de longitud grande y relativo
bajo peso (en 1000 granos), repercute en la producción final de granos, ya que
son variables correlacionadas con el rendimiento. Sin embargo, los pesos de
l000 granos en todos los tratamientos fueron buenos respecto al valor de 24 g
que presenta Rivera (2011) como suficiente.
El rendimiento se presenta en peso húmedo y con impurezas, igual a como lo
reporta la ONS (2003), con la diferencia que en este estudio la recolección se
hizo manual, lo que pudo manifestarse en un rendimiento mayor al obtenido a
nivel nacional. En la cosecha del 2010 no hubo diferencia estadística
significativa entre tratamientos para el rendimiento. Sin embargo, en la
cosecha de 2011 hubo diferencia entre los tratamientos con plaguicidas (SFP,
SSP, TT) y a aquellos que no se les aplicó (SS y SF) , igualmente entre los
tratamientos Si más plaguicidas (SFP, SSP) frente SS y SF, es decir, excluyendo
el testigo (TT). Tanto SF como SS, aunque con rendimientos de granos de arroz
en granza buenos, respecto al promedio nacional (alrededor de 3,65 t/ha),
fueron los más bajos con 5,91 y 6,29 t/ha, estos rendimientos altos se pudo
deber a varias razones: la cosecha manual, son datos experimentales que por lo
general tienen mejor manejo, la temperatura fue normal y las lluvias bien
distribuidas lo que pudo repercutir en bajas incidencias de insectos y
enfermedades. El tratamiento con mayor rendimiento fue SFP con 7,22 t/ha, a
raíz de los resultados donde los mejores fueron aquellos cuando se combinaron
la aplicación de silicio más el uso de plaguicidas, contrarios a los expuestos
por Quero (2008), Viana (2008b) y Orejuela (2010). En cuanto a que el silicio
por sí solo influye positivamente en la fertilidad de suelos, en el rendimiento
del cultivo de arroz, en la disminución de incidencia de daños por insectos y
enfermedades, se debería experimentar con fuentes de silicio en suelos más
degradados que los presentes en este estudio y con mayor frecuencia de
aplicación.
Calidad de granos en granza
No se encontraron diferencias significativas en las variables de calidad
molinera, obtenidas por el Laboratorio de Control de Calidad de Arroz (Reforma
del Decreto N°34487-MEIC-MAG-S RTCR 406-2007 2008, CONARROZ 2009), basado en el
Reglamento Técnico de Arroz en Granza, documento “RTCR 406-2007”. En ninguno de
los componentes de rendimiento de arroz pilado (% de granos enteros, %
quebrados gruesos, % de puntilla y % de semolina) hubo efecto del silicio,
posiblemente debido a que, aunque los resultados de los análisis no mostraron
altos contenidos de Si en el suelo y tenor de este en las hojas, no son suelos
tan degradados para responder al Si como algunos sembrados de arroz en Brasil y
Asia que responden positivamente a la aplicación de este elemento mineral
(Fihlo et al. 2000, Kornörfer et al. 2002).
En la cosecha 2011, el rendimiento de semolina fue menor que la cosecha de
2010, por el contrario, el rendimiento de granos enteros y de puntilla fue
mayor, lo que coincide con el mejor rendimiento de arroz en granza en la
cosecha 2011; sin embargo en ambas cose-chas la clasificación de la calidad fue
baja
Calidad de granos en granza
No se encontraron diferencias significativas en las variables de calidad molinera, obtenidas por el Laboratorio de Control de Calidad de Arroz, en el Reglamento Técnico de Arroz en Granza, documento “RTCR 406-2007”. En ninguno de los componentes de rendimiento de arroz pilado (% de granos enteros, % quebrados gruesos, % de puntilla y % de semolina) hubo efecto del silicio, posiblemente debido a que, aunque los resultados de los análisis no mostraron altos contenidos de Si en el suelo y tenor de este en las hojas, no son suelos tan degradados para responder al Si como algunos sembrados de arroz en Brasil y Asia que responden positivamente a la aplicación de este elemento mineral (Fihlo et al. 2000, Kornörfer et al. 2002).En la cosecha 2011, el rendimiento de semolina fue menor que la cosecha de 2010, por el contrario, el rendimiento de granos enteros y de puntilla fue mayor, lo que coincide con el mejor rendimiento de arroz en granza en la cosecha 2011; sin embargo en ambas cosechas la clasificación de la calidad fue baja
Calidad de granos en granza
No se encontraron diferencias significativas en las variables de calidad molinera, obtenidas por el Laboratorio de Control de Calidad de Arroz, basado en el Reglamento Técnico de Arroz en Granza, documento “RTCR 406-2007”. En ninguno de los componentes de rendimiento de arroz pilado (% de granos enteros, % quebrados gruesos, % de puntilla y % de semolina) hubo efecto del silicio, posiblemente debido a que, aunque los resultados de los análisis no mostraron altos contenidos de Si en el suelo y tenor de este en las hojas, no son suelos tan degradados para responder al Si como algunos sembrados de arroz en Brasil y Asia que responden positivamente a la aplicación de este elemento mineral (Fihlo et al. 2000, Kornörfer et al. 2002).En la cosecha 2011, el rendimiento de semolina fue menor que la cosecha de 2010, por el contrario, el rendimiento de granos enteros y de puntilla fue mayor, lo que coincide con el mejor rendimiento de arroz en granza en la cosecha 2011; sin embargo en ambas cose-chas la clasificación de la calidad fue baja (Calidad de granos en granza).
En la cosecha 2011, el rendimiento de semolina fue menor que la cosecha de 2010, por el contrario, el rendimiento de granos enteros y de puntilla fue mayor, lo que coincide con el mejor rendimiento de arroz en granza en la cosecha 2011; sin embargo en ambas cose-chas la clasificación de la calidad fue baja.
Los componentes de calidad son bajos, estos son: % de granos con 50% o más de granos con apariencia a yeso, % de granos dañados, % de granos manchados, entre otros, que se usan para el pago al productor, según la caracterización del arroz en granza y los porcentajes establecidos para la base comercial del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (Reforma del Decreto N°34487-MEIC-MAG-S RTCR 406-2007 2008, CONARROZ 2009).
Los componentes de calidad son bajos, estos son: % de granos con 50% o más de granos con apariencia a yeso, % de granos dañados, % de granos manchados, entre otros, que se usan para el pago al productor, según la caracterización del arroz en granza y los porcentajes establecidos para la base comercial del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (Reforma del Decreto N°34487-MEIC-MAG-S RTCR 406-2007 2008, CONARROZ 2009). Los componentes de calidad son bajos, estos son: % de granos con 50% o más de granos con apariencia a yeso, % de granos dañados, % de granos manchados, entre otros, que se usan para el pago al productor, según la caracterización del arroz en granza y los porcentajes establecidos para la base comercial del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (Reforma del Decreto N°34487-MEIC-MAG-S RTCR 406-2007 2008, CONARROZ 2009).
Los componentes de calidad son bajos, estos son: % de granos con 50% o más de granos con apariencia a yeso, % de granos dañados, % de granos manchados, entre otros, que se usan para el pago al productor, según la caracterización del arroz en granza y los porcentajes establecidos para la base comercial del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (Reforma del Decreto N°34487-MEIC-MAG-S RTCR 406-2007 2008, CONARROZ 2009).
Se debe considerar que además del manejo del cultivo, las condiciones del clima al momento de la cosecha y el manejo poscosecha son de suma importancia en el rendimiento y calidad final del grano, inclinándose al manejo poscosecha el comportamiento de los resultados de calidad en este estudio.
Se debe considerar que además del manejo del cultivo, las condiciones del clima al momento de la cosecha y el manejo poscosecha son de suma importancia en el rendimiento y calidad final del grano, inclinándose al manejo poscosecha el comportamiento de los resultados de calidad en este estudio.
4. Rivera, C. 2009. Causas del vaneo y manchado del grano de arroz. El Pelón de la Bajura, Liberia. Comunicación personal.
Literatura Citada
Almaguel, L; Botta E. 2005. Manejo integrado de Steneotarsonemus spinky, Smiley. Resultados de Cuba y transferencia para la región de Latinoamérica y el Caribe. In Curso de Postgrado de Acarología. Introducción a la Acarología Agrícola. Caso estudio: Steneotarsonemus spinky, Smiley 1967 Tarsonemidae). La Habana, Cuba, INISAV. 37 p. Balzarini, MG; Gonzalez, L; Tablada, M; Casanoves, F; Di Rienzo, JA; Robledo, CW. 2008. InfoStat, manual del usuario. Versión 2008. Córdoba, Argentina, Editorial Brujas. 331 p.
Balzarini, MG; Gonzalez, L; Tablada, M; Casanoves, F; Di Rienzo, JA; Robledo, CW. 2008. InfoStat, manual del usuario. Versión 2008. Córdoba, Argentina, Editorial Brujas. 331 p.
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Vindas, FA. 2011. Efecto de la fertilización edáfica con dos fertilizantes silicatados sobre el pH y el aluminio intercambiable del suelo, la severidad de la sigatoka negra y la producción del banano (Musa AAA, cv. Grande Naine). Tesis de Lic., Costa Rica, Instituto Tecnológico de Costa Rica. 84 p.
Vindas, FA. 2011. Efecto de la fertilización edáfica con dos fertilizantes silicatados sobre el pH y el aluminio intercambiable del suelo, la severidad de la sigatoka negra y la producción del banano (Musa AAA, cv. Grande Naine). Tesis de Lic., Costa Rica, Instituto Tecnológico de Costa Rica. 84 p.
Wild, A. 1992. Condiciones del suelo y desarrollo de las plantas según Russell.
Wild, A. 1992. Condiciones del suelo y desarrollo de las plantas según Russell. Madrid, España, Mundi-Prensa. 1045 p.
Winslow, MD. 1992. Silicon, disease resistance, and yield of rice genotypes under upland cultural conditions.
Winslow, MD. 1992. Silicon, disease resistance, and yield of rice genotypes under upland cultural conditions. Crop Science 32:1208-1213.
*Correspondencia a:
2Parménides Furcal-Beriguete: Escuela de Ingeniería en Agronomía, Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). Sede San Carlos, Costa Rica. Apartado: 223-21001, Alajuela, C. Quesada. pafurcal@itcr.ac.cr, pfurcal@hotmail.com (autor para correspondencia).
3Alejandra Herrera-Barrantes: Laboratorios Doctor Obregón. Residencial Jerez, #49, 800m norte de Global Park, La Aurora Heredia. aherrera@doctor-obregon.com
Este trabajo es un resumen del proyecto “Efecto del silicio en la fertilidad de suelo, incidencia de enfermedades y el rendimiento del cultivo de arroz” código 5402-2151-8601, financiado por la Vicerrectoría de Investigación y Extensión del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR)
Este trabajo es un resumen del proyecto “Efecto del silicio en la fertilidad de suelo, incidencia de enfermedades y el rendimiento del cultivo de arroz” código 5402-2151-8601, financiado por la Vicerrectoría de Investigación y Extensión del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR)
La
probabilidad de que los plaguicidas aplicados influyeran en el efecto de los
tratamientos por contenido de Zn, Mg, Mn o Cu en estos, es baja, debido a que
los ingredientes activos de estos insumos no sugieren la presencia de estos
elementos. Del mismo modo, el muestreo para análisis foliar se hizo 45 días
después y tres días antes de haber aplicado en todos los tratamientos
multiminerales que, en sentido general, contienen N, P, K, uno de ellos Ca y
aminoácidos, pero no dispone de Mg ni de Cu, otro contiene, además de N y P,
todos los microelementos; por las dos fechas de aplicación la probabilidad que
estos incidieran en el contenido de Mn, Zn, Mg y Cu, es poca.
En la cosecha de 2011 hubo diferencia estadística significativa (p≤0,05) cuando se aplicaron plaguicidas (promedio de 27,23 g/1000 granos) incluyendo el testigo, respecto a aquellos tratamientos donde no se hizo esta aplicación (promedio de 25,39 g). La aplicación de silicio, sea al suelo o foliar refuerza en la planta su capacidad de almacenamiento y distribución de carbohidratos requeridos para el crecimiento y producción de cosecha (Quero 2008). Al parecer en este estudio, hubo un sinergismo entre el Si y con el uso de plaguicidas aplicados al follaje, quizás debido a la protección que ejercen estos sobre el cultivo que repercute en la producción de granos, dado que los mejores resultados fueron con silicio al suelo más plaguicida foliar.
Notas
y Citas
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