¿PARA QUE SIRVE EL SILICIO EN LA AGRICULTURA?

 

EL SILICIO EN LA AGRICULTURA


Aunque el Silicio actualmente no está incluido en la lista de los 17 elementos considerados como esenciales para las plantas, si es un nutriente que está presente en éstas, y su deficiencia causa efectos adversos y anormalidades en el crecimiento, desarrollo, reproducción y viabilidad de las mismas (Epstein, 1999). Las plantas absorben el Silicio como Ácido Orto Silícico (H4SiO4).


Algunas de las funciones del Silicio en las plantas y el suelo, en beneficio de la agricultura, son:

1.    temperaturas de las plantas.

2.    Disminuye el estrés por sequía (eficiencia en el uso del agua) y salinidad de las plantas.

3.    Tiene efecto sobre actividades enzimáticas. Promueve el crecimiento erecto de las plantas y le da resistencia a la tendedura.

4.    Mejora la exposición de las hojas a la luz (sol), lo que promueve la fotosíntesis en beneficio de la planta.

5.    Incrementa la tolerancia de las plantas a enfermedades.

6.    Fortalece la resistencia de las plantas frente al ataque de insectos fitófagos.

7.    Forma fitolitos en la pared celular (engrosamiento de la pared celular).

8.    Aumenta la resistencia a altas y bajas

9.    La aplicación de Silicio al suelo, acompleja el Aluminio tóxico y mejora la disponibilidad del fósforo retenido en el suelo para que quede realmente disponible para las plantas.

10. A nivel del suelo, previene la compactación del mismo, incrementa la CICE, mejora la estructura y la retención de humedad.

11. Ayuda a superar la toxicidad por metales como Al, As, Cd, Fe y Mn.

12. Apoya el ajuste nutricional de las plantas cuando hay exceso de Nitrógeno o la deficiencia de Fósforo (Datnoff, 2014).

13. Promueve la formación de compuestos orgánicos (flavonoides y fitoalexinas) y enzimas (polifenoloxidasa - PPO), las cuales retardan la incubación y esporulación de patógenos, y repelen o regulan las poblaciones de insectos plaga (Datnoff, 2014).

LAS FUENTES DE SILICIO                                 

Se debe indicar que las plantas absorben el silicio como ácido orto silícico, por tanto, es fundamental tener presente que no todas las fuentes de silicatos que comercialmente se ofrecen como fuentes de silicio presentan una disponibilidad real del silicio (como ácido orto silícico) para las plantas, ya que existen 6 tipos de silicatos:

1.    Nesosilicatos - Permiten la liberación del silicio para que sea disponible para las plantas (Olivino).

2.    Sorosilicatos: Permiten la liberación del silicio para que sea disponible para las plantas.

3.    Ciclosilicatos: Permiten la liberación del silicio para que sea disponible para las plantas.

4.    Inosilicatos - Permiten la liberación del silicio para que sea disponible para las plantas (Wollastonita).

5.    Filosilicatos - Permiten la liberación del silicio para que sea disponible para las plantas (Serpentina).

6.    Tectosilicatos - NO Permiten la liberación del silicio (Cuarzo, Feldespatos, feldespatoides, escapolitas y Zeolitas).

Minerales conocidos y disponibles como la Serpentina y el Olivino,( en Colombia); en Estados Unidos (USA), España, Italia, Finlandia, Rumania, Alemania, Canadá, México, Grecia y China la Wollastonita tienen un aporte real y efectivo de silicio (como ácido orto silícico) para las plantas. Minerales con nulo aporte de silicio para las plantas como los feldespatos, las zeolitas y el cuarzo.

 

BIBLIOGRAFIA

Osorio, Nelson Walter; “Manejo de Nutrientes en Suelos del Trópico”; Medellín, Colombia, 2014, 416 p, Segunda Edición.

L.E. Datnoff, G.H. Snyder and G.H. KorndOrfer (Editors) “Silicon in Agriculture”; Elsevier Science, 2001, 424 p.

Dana – Hurlbut; Manual de Mineralogía, Editorial Reverté S.A.; segunda edición, 1960.

Humberto González Iregui; Posibles aplicaciones industriales de la serpentinita en Colombia; Boletín Geológico, Instituto Nacional de investigaciones Geológico – Mineras (Ingeominas), abril de 1978.

Rodrigo Muñoz Araque; La Roca serpentina, un fertilizante y enmienda portadora de magnesio y silicio para suelos ácidos insaturados de Colombia; Medellín, agosto de 2001.

Comité de productores de enmiendas y fertilizantes con silicato de magnesio – “Coprodenmag”; El silicato de magnesio, enmienda y fertilizante; 1998.

“Sistemas de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios”, (https://ekoltda.blogspot.com)

BENEFICIO DEL USO DEL SILICIO

 

Silicio Una Alternativa Para La Agricultura Nacional.

Jacques Phillippes Truan Laffont
Ingeniero Agrónomo

En el mundo está bien documentada las ventajas del uso de Silicio en la agricultura, a nivel nacional casi nada se sabe; para palear esta falencia socializamos que los beneficios del silicato es generar la resistencia a mecanismos de defensa físicos y bioquímicos, a través de factores constitutivos, como engrosamiento de cutícula de la pared celular, e inhibidores enzimáticos preformados, utilizados para prevenir la colonización de tejidos de la planta por la mayoría de microorganismos, además de reforzar en las plantas la capacidad de distribución de los carbohidratos requeridos para el crecimiento y producción de cosecha.

Los efectos reconocidos del Silicio incluyen

Resistencia a enfermedades y plagas en hojas y raíces. La resistencia del arroz a los hongos Helminthosporium oryzae y Pyricularia oryzae se aumenta con una elevación del tenor de Si en la planta hasta un cierto punto. En suelos pobres en Silicio disponible (5 mg dm-3 de Silicio en ácido acético diluído), la adición de silicato disminuye la severidad de las enfermedades causadas por Bipolares oryzae y Pyricularia grises, y aumenta los rendimientos. La adición de silicato de potasio a la solución nutritiva aumentó la actividad de la quitinasa del pepino y aún más la de las peroxidasas y polifenoloxidasas, aumentando la resistencia a Pythium spp. Algunos fenoles extraídos de plantas tratadas con Silicio mostraron acción fungistática contra Pythium y Cladosporium cucumerinum. Mejora el uso del agua en el fríjol y reduce la incidencia de Fusarium spp. La adición de silicato a la solución nutritiva en instalaciones comerciales para la producción de pepino en Canadá es realizada rutinariamente para ayudar a controlar el mildiu.

Elementos en solución edáfica. El aumento en la disponibilidad de Fósforo en el suelo, podría explicarse porque el silicato lo desorbe de los sitios de adsorción (o los ocupa preferencialmente) en la arcilla y en los sesquióxidos, o porque disminuye la actividad de los iones Aluminio (Al3+) en solución, evitando que estos precipiten el ion fosfato (H2PO4). Disminuye la intoxicación con Aluminio, Fierro y Manganeso en suelos ácidos. Aumenta la disponibilidad de Zinc en altas concentraciones de Fósforo y bajas de Zinc. Aumenta el crecimiento de raíces de las plantas que crecen con bajas concentraciones de Calcio.

Aumento de rendimiento y/o calidad. Está documentado que en arroz, la aplicación de Silicio en suelos orgánicos, manifiesta un aumento en la eficiencia del uso del agua y en la producción de granos, en la concentración de este elemento en hojas y en la resistencia a las enfermedades y al acame. En caña de azúcar, la aplicación de silicato en suelos pobres en Silicio disponible aumentó el rendimiento y la concentración de sacarosa, y en algunos casos, los aumentos de producción de azúcar fueron muy elevados. En colza o canola (Brassica napus) fue observada una interacción positiva entre Silicio y Boro. La adición de Silicio aumentó la materia seca de la raíz y de la parte aérea cuando era bajo el contenido de Boro, estimulando la absorción y el transporte de Boro en esas condiciones y aumentando también la fotosíntesis.

Recientemente se han observado deficiencias de silicio en cultivos de tomate (una planta no acumuladora de silicio), especialmente en las etapas reproductivas – las hojas nuevas presentan malformación, además de observación de fallos en la polinización y formación del fruto.

Otras Investigaciones han demostrado que el ácido silícico (H4SiO4), al igual que el ácido bórico (H3BO3), reacciona con los o-fenoles, tales como el ácido cafeico (C9H8O4), precursor en la biosíntesis de la lignina (una de las principales formas de biomasa), para formar complejos mono-, di-, o polímeros de silicio. Por lo tanto, es posible que el silicio afecte a la síntesis de lignina.

Los efectos beneficiosos del silicio en el crecimiento y desarrollo de las plantas son escasos en condiciones óptimas; sin embargo, es sumamente importante en situaciones de estrés. Esto es debido a que el silicio se deposita en las paredes celulares de los vasos del xilema y previenen que se compriman en condiciones de alta transpiración causada por la sequía a estrés térmico.

Deposición de Silicio en las hojas (barrera física).

El Silicio actúa formando una barrera física en las células epidérmicas de las hojas que impide la penetración de las hifas de los hongos o estiletes de insectos chupadores como los áfidos. Sin embargo, este no es el único mecanismo de defensa que induce el Silicio. Existen otros componentes dinámicos de Silicio distribuidos en las zonas de infección que reducen el daño ocasionados por el patógeno. Por ejemplo, en el cultivo de trigo, el Silicio se acumula principalmente en zonas de infección por hifas de cenicilla polvorienta, en avena la acumulación de Silicio en sitios de infección es de tres a cuatro veces mayor que en sitios de no infección, este es un mecanismo que ayuda a que las plantas sean menos susceptibles a enfermedades. Para una buena protección de las plantas es necesario aplicar Silicio continuamente en las raíces o mediante aplicaciones foliares ya que una vez fijado en los tejidos este elemento no puede ser traslocado.

A pesar de que existe una relación directa y clara entre la acumulación de Silicio en sitios de infección por las hifas de hongos y la resistencia de las plantas a estos patógenos, no es el Silicio por si solo que causa este efecto si no la acumulación de compuestos fenólicos en los sitios de infección, sin embargo, cuando no se aplica Silicio no existe tal acumulación de estos compuestos. Las plantas cuando presentan infección por patógenos responden con una rápida acumulación de fenoles o lignina en los sitios de infección, este es un mecanismo de defensa que es facilitado con la presencia de Silicio.

La membrana de silicio-celulosa en el tejido epidérmico de las hojas también protege los tejidos vegetales contra la pérdida excesiva de agua por transpiración debido a una reducción en el diámetro de los poros estomáticos.

 El Silicio en el suelo

El Silicio (Si) en el suelo procede fundamentalmente de la degradación de las rocas ígneas. En él se encuentra como sílice, SiO2, y como constituyente de muchos silicatos y minerales arcillosos. Su contenido es variable, ya que hay que tener en cuenta que es, después del oxígeno, el elemento más abundante en la litósfera. Expresado como SiO2, puede alcanzar en la capa arable rangos entre 60 y 90%.

La forma soluble asimilable por la planta, SiO4H4, se encuentra en la disolución del suelo, y su concentración está regulada por el pH, el cual a su vez limita sus reacciones de adsorción con hidróxido de hierro y aluminio. Los suelos ácidos contienen las mayores concentraciones.

Se ha demostrado, una correlación Si-P; el aporte al suelo de fertilizantes silícos solubles incrementa la asimilación de fósforo por la planta, posiblemente debido a un intercambio de los fosfatos absorbidos a los hidróxidos por silicatos. Por esta razón, en suelos ácidos pobres en silicio, resulta muy apropiado adicionar escorias básicas de desfosforilación, las cuales, junto al aporte de cantidades variables de calcio, magnesio, manganeso y silicio, sirven para una mejora del pH del suelo y para favorecer la asimilación del fósforo.

El uso agrícola y extensivo del suelo, provoca el desequilibrio de nutrientes contenidos en él, dado que una parte significativa es removida por la cosecha, el desarrollo vegetativo del cultivo y de la maleza, la lixiviación y la erosión eólica e hídrica. El silicio, así como otros nutrientes es extraído del suelo a razón de un promedio por cosecha de 40 a 300 kg/há. esto trae como consecuencia una disminución de silicio y un aumento del aluminio, causando un incremento en la acidez del suelo. Por otro lado, el Silicio soluble es escaso en suelos ligeros y con altas precipitaciones.

 El Silicio en las plantas

La planta absorbe el silicio bajo la forma soluble de ácido silícico, SiO4H4, presente en la disolución del suelo, en un rango de pH entre 2 y 9. El silicio se encuentra presente en la planta porque es absorbido en forma no selectiva junto con el agua del suelo y tiende a acumularse como precipitados en el tejido, junto con el calcio y el aluminio.

La mayor proporción del Si en la planta se encuentra como sílice amorfa hidratada (SiO2●nH2O). En ciertas especies, particularmente de gramíneas, es común la presencia de cuerpos silicosos insolubles. Después de solidificado se vuelve inmóvil en la planta: en las células epidérmicas del arroz, debajo de la cutícula, aparece una capa de sílica, que ayudaría a limitar la pérdida de agua por transpiración y dificultar la penetración de hifas de los hongos. En las dicotiledóneas esa capa no aparece.

Su contenido es variable, y depende fundamentalmente de la especie vegetal, pudiendo oscilar entre 0.25 y 2% en peso seco, expresado como SiO2. Se encuentra presente en los tejidos de la planta en cuatro formas, que son la mineral, orgánica, polimérica y cristalina. Esta última se encuentra en la superficie de las hojas, proporcionándole brillo y formando parte de la estructura de los tricomas y fosfitos.

Las plantas cultivadas difieren mucho en la capacidad de absorber el Si. En general se manejan tres grupos según su contenido de SiO2 en orden decreciente: i) Gramíneas de tierras inundadas como el arroz, ii) Gramíneas de tierra seca como caña de azúcar y la mayoría de los cereales, y iii) La mayoría de las dicotiledóneas, especialmente las leguminosas.

Una vez que pasa la barrera de la raíz, el Silicio se mueve por el xilema a través de transportadores o por transpiración hacia la endodermis de la raíz, membranas celulares del vascular bundle y las células de la hoja en la epidermis justo debajo de la cutícula. Una vez dentro de una célula, ocurre un proceso natural de polimerización que convierte el ácido silícico en silica insoluble (SiO2-nH2O; también conocido como gel de silica o fitolítidos).

Cuando el silicio se acumula en las paredes de las células epidérmicas, parece que hace disminuir la transpiración, así como las infecciones causadas por hongos. En las hojas de las plantas el silicio se deposita debajo de la cutícula y sobre las células epidérmicas, esta capa limita la pérdida de agua por las hojas y dificulta la penetración y desarrollo de hifas de hongos.

Fisiológicamente, la función del Silicio en la planta no está establecida. La similitud química que presenta con el fósforo y el boro ha hecho que algunos autores piensen en la posibilidad de que en el silicio pueda reemplazar o interferir determinadas funciones de aquellos, como por ejemplo condensarse con azúcares-alcoholes o ácidos orgánicos. Estas interacciones Si-P y Si-B requieren aún, sin embargo, una mayor investigación.

Algunos autores, incluso, han llegado a señalar deficiencias en cereales y pastos, que se manifiestan con marchitamiento de la planta, deformaciones, depósitos necróticos en las hojas y notable disminución de su resistencia a plagas y enfermedades. Estas alteraciones, sin embargo, se consideran por otros investigadores debidas más que a un estado deficitario de silicio, a los efectos tóxicos que se originan por acumulación de hierro, manganeso y otros nutrientes, cuando las concentraciones son extremadamente bajas. Por otro lado, se dice que el sílice reduce la transpiración y mejora la resistencia a los patógenos, debido a que se deposita en las paredes celulares y las heridas.

El carácter benéfico del Si es atribuido, principalmente, por el aumento en la resistencia de enfermedades en plantas acumuladoras de este elemento -se localiza en la pared celular o cerca de la misma dificultando la penetración del agente patógeno- y por la disminución del efecto tóxico del exceso de Mn, Fe y Al en suelos ácidos. La esencialidad del Si fue demostrada para algunos cultivos por el criterio indirecto: en su falta diversas especies (tomate, pepino) no completan su ciclo y antes de morir muestran síntomas de deficiencia. En general, parece más adecuado considerarlo benéfico o cuasi-esencial.

Silicio como fertilizante y bioestimulante agrícola

 Silicio como fertilizante y bioestimulante agrícola

Jacques Phillippes Truan Laffont
Ingeniero Agrónomo Tüwun Servicios SpA.

El silicio es un componente básico de la corteza terrestre, siendo después del oxígeno el elemento más abundante del planeta. Es un elemento utilizado en la agricultura, aunque no esencial, como lo es el manganeso o el zinc, pero sí se sabe a ciencia cierta que los beneficios que aporta son muy importantes. Este elemento no manifiesta síntomas de deficiencia específicos y quizás por esta razón podría justificarse el por qué el silicio ha sido un elemento olvidado. Hay que destacar que no se ha considerado como fertilizante hasta hace poco y hoy se sabe que juega un papel fundamental en la nutrición vegetal; sin olvidarnos de que también es eficiente en determinados aspectos de la sanidad de las plantas y economía hídrica.

Sobre las particularidades de este elemento en el campo agrícola, Jacques Truan Laffont, del Departamento Técnico Tuwün Servicios SpA representante de CEPA SA representante en Chile de ZumSil, nos aporta aspectos técnicos sobre el silicio ayudaran a reconocer su importancia agronómica.

¿Qué es el silicio de uso agrícola?

Se puede decir que el silicio de “uso agrícola” es aquel que, de una u otra forma, se aplica sobre las plantas por vía foliar o radicular. Este concepto se refiere únicamente a formas solubles y asimilables, las a formas insolubles como el caolín serán materia de otro análisis.

Hay dos tipos de aplicaciones que pueden hacerse y que corresponden a dos objetivos muy distintos: aplicaciones de formulaciones solubles y asimilables con fines nutricionales que podríamos llamar de forma sencilla sílice externa y silicio interno.

La aplicación de formas solubles pretende que el silicio sea absorbido y actúe como nutriente. Aunque el silicio no está considerado como un elemento esencial, los efectos beneficiosos de su aplicación están totalmente contrastados.

El estudio del silicio como nutriente, es sobre lo que se ha centrado nuestra empresa desde hace más de 10 años. Hasta el momento parecía que la principal ventaja de su aplicación era la producción de plantas más fuertes, duras y elásticas; que nos aseguraran cultivos más robustos y con un mejor comportamiento postcosecha. Considerábamos secundario el efecto de control hídrico y la tolerancia a la sequía y a los golpes de calor. Pero los episodios de altísimas temperaturas y sequías severas que se están produciendo, de forma más intensa y habitual, han hecho que el efecto sobre el control de la evapotranspiración sea cada vez más interesante.

¿Siendo el silicio el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre está igualmente disponible para la planta?

El silicio es un componente básico de la corteza terrestre pese a su abundancia contrasta con su escasa disponibilidad, ya que la mayoría de las formas químicas en las que está presente en el suelo son insolubles.

La forma química más abundante es la de dióxido de silicio que suele formar silicatos insolubles de estructura muy compleja con magnesio, calcio, sodio, aluminio, fierro,etc. La forma soluble que encontramos en el suelo, el ácido ortosilícico, se forma muy lentamente a partir de formas insolubles o de compuestos orgánicos. Esto es lo que provoca la poca disponibilidad.

En los ecosistemas naturales o en la agricultura de subsistencia las reposiciones de material vegetal compensan las extracciones de silicio y se mantienen niveles bastante estables en el suelo.

 ¿Qué ocurre con la disponibilidad del silicio en la agricultura intensiva?

Cuando la agricultura se intensifica este equilibrio se rompe. Las extracciones aumentan, sobre todo en cultivos exigentes como el arroz y los cereales; que no hay reposición porque se incorporan pocos restos vegetales y la disponibilidad en el suelo va descendiendo. En la actualidad, los niveles de silicio disponibles en la mayoría de suelos, son totalmente deficitarios.

Como el silicio es un elemento que no tiene una repercusión directa sobre la producción, no se había considerado, hasta ahora, como elemento fertilizante. No se incluía en los planes de abonado y como consecuencia la mayoría de los cultivos tienen niveles muy bajos de este elemento.

 ¿Repercute esta falta de silicio en los cultivos en el valor nutricional de los alimentos?

Si, la ingesta de silicio en la dieta ha descendido y por esta razón se comercializan complementos nutricionales para compensar estas carencias. Hay que tener en cuenta que el silicio tiene efectos beneficiosos sobre el buen funcionamiento de las articulaciones y también sobre la fortaleza de uñas y pelo. Es decir, si aumentamos el contenido de silicio de los alimentos, mejoraremos su valor nutricional.

 ¿Qué función tiene el silicio en las plantas?

El silicio tiene dos acciones diferenciadas. Primero interviene en los mecanismos metabólicos de regulación de nutrientes y relacionados con la fotosíntesis y después, si hay silicio suficiente, se acumula en las paredes celulares en forma cristalina y amorfa.

El papel que desempeña en el metabolismo vegetal no está del todo claro, pero sí que está totalmente contrastada su influencia positiva sobre el balance de nutrientes. Aumenta las sinergias, reduce antagonismos y también reduce la absorción de elementos que pueden llegar a ser fitotóxicos.

Por ejemplo, aumenta la absorción del fósforo cuando es deficitario y lo reduce cuando está en exceso. Reduce la absorción de sodio en condiciones de aguas y/o suelos salinos y también reduce los síntomas de toxicidad por metales pesados como puede ser el caso del aluminio en suelos con pH muy ácido.

Al final esta mejora en la gestión de los nutrientes comporta un mayor aprovechamiento de los recursos. En definitiva, una gestión de los fertilizantes más sostenible. En agricultura ecológica, en la que la disponibilidad de algunos nutrientes puede llegar a ser un factor limitante, aumentar la capacidad de las plantas para aprovecharlos, es muy importante.

El silicio tiene, por tanto, una acción claramente bioestimulante. La función estructural que desempeña el silicio deriva de la acumulación que se produce en la epidermis de las hojas, tallos y frutos. Este refuerzo de las paredes celulares hace que la planta sea más robusta, dura y a la vez elástica. Los beneficios que vamos a obtener son importantes:

Mayor control hídrico. Tendremos una mayor tolerancia al estrés hídrico y a los golpes de calor. También, en situaciones normales, tendremos un menor consumo de agua de riego. Esta característica va a ser cada vez más importante por los episodios de calor extremo que, parece ser, van a ser más frecuentes e intensos con el cambio climático.

Mejora del comportamiento post cosecha. Los frutos serán más resistentes al transporte y al manejo; y las podredumbres asociadas también se reducirán por el hecho de que les va a costar más penetrar en el fruto. Esta acción sería muy parecida a la que conseguimos con los aportes de calcio. Si por el contrario tenemos episodios de exceso de lluvia, la mayor dureza de los tejidos reducirá el encamado en cereales y las podredumbres en frutos. La elasticidad que confiere el silicio aportará una mayor tolerancia al craking, sobre todo en cerezas.

Incorporar silicio en los planes de abonado, puede ser una herramienta más a tener en cuenta en las estrategias sanitarias. Esta incorporación debe hacerse siempre controlando el aporte de nitrógeno que tiene un efecto totalmente contrario. Lo que nos conviene es tener plantas más duras y resistentes, y el exceso de nitrógeno las hace más tiernas y vulnerables.

Así, en situaciones de alta incidencia de pulgón, oidio, botrytritis, monilia, etc., reducir los aportes de nitrógeno y aumentar los de silicio, así como los de calcio, será una estrategia que va a jugar a favor nuestro.

 ¿Cómo se manifiesta la deficiencia de este elemento?

No hay síntomas de deficiencia específicos para este elemento. Ésta podría ser la razón por la que el silicio ha sido un elemento olvidado, que no se ha considerado como fertilizante hasta hace poco. No es un elemento esencial, como podría ser el manganeso o el zinc, pero sí se sabe, a ciencia cierta, que los beneficios que aporta son muy importantes.

Los cultivos con poco silicio presentan problemas similares a los que provocaría un exceso de nitrógeno: plantas más débiles, hojas y brotes más tiernos, menor control hídrico, peor conservación postcosecha, encamado, etc.

 ¿Qué métodos de aplicación tiene en cultivo?

La incorporación de silicio como nutriente soluble puede hacerse por pulverización foliar o por vía radicular en fertiirrigación. Será necesario tener en cuenta el pH de los formulados ya que los que tienen pH alcalinos tendrán más dificultad de mezcla que los formulados de pH ácido.

 ¿Hay cultivos especialmente sensibles a su deficiencia?

Los contenidos de silicio en las plantas son muy variables. Hay cultivos, que a pesar de tener una buena disponibilidad, presentan contenidos no superiores al 0,5% y otros cercanos al 5%.

El arroz y el trigo son dos de los cultivos que tienen contenidos mayores de silicio. Estos cultivos son los que reaccionan de forma más positiva, aumentando su producción a la incorporación de este elemento y los que sufren más su deficiencia.

Pero, las necesidades de conservación postcosecha que la exportación impone, hace que el silicio sea importante para aquellos frutos y hortalizas más sensibles al transporte. La fresa, las cerezas, la fruta y los cultivos hortícolas van a comercializarse mejor gracias al aumento de su conservación post cosecha.

También será importante para aquellos cultivos de secano que están ya sufriendo las consecuencias del cambio climático como la viña y el olivar. Las aplicaciones de silicio van a hacer que puedan sobrellevar mejor la combinación de sequía y altas temperaturas.

 ¿Qué papel juega el silicio como bioestimulante?

El efecto bioestimulante del silicio se basa en su acción de mejora el balance de nutrientes. A igual disponibilidad de nutrientes las plantas con un mayor contenido en silicio conseguirán mejores rendimientos.

Otro efecto bioestimulante será el conseguido en situaciones de exceso de sodio y de metales pesados, como puede el caso del aluminio en suelos ácidos. En estas situaciones, las plantas con más silicio, absorberán en menor medida estos elementos y tendrán un mayor crecimiento.

El último efecto bioestimulante vendrá determinado por la menor parada vegetativa que se va a producir en situaciones de fuerte estrés hídrico y/o golpe de calor.

 ¿Ayuda a conseguir cosechas bajo escasez razonable de agua?

Sí. El silicio puede llegar a reducir las necesidades de agua de forma considerable. Algunos estudios hablan de reducciones de hasta un 20% en hortícolas. El mismo mecanismo de control hídrico que nos ayuda en situaciones extremas de sequía, hace que podamos reducir el riego.

El silicio va a ser muy importante para un buen mantenimiento de aquellos cultivos que sólo tienen un riego de soporte o deficitario, si se producen situaciones extremas de altas temperaturas.

Habrá que considerar este elemento como un gran aliado para establecer estrategias de adaptación de la agricultura al cambio climático.

¿Cómo encuentra formulado este elemento para su aplicación? 

Existen ya en el mercado bastantes formulados a base de silicio. Lo que hay que tener en cuenta es la concentración y sobre todo el pH. Este determinará en gran medida las compatibilidades. Los formulados alcalinos tendrán menor capacidad de mezcla.

Llevamos años estudiando las posibilidades del silicio y el resultado, lo que nos ha permitido poner al servicio del agricultor productos para su aplicación de eficacia contrastada.

ZumSil está desarrollado para su aplicación por vía foliar; es muy eficaz ya que puede aplicarse a muy bajas dosis y además tiene un excelente comportamiento en mezclas gracias a su pH. Algunos ejemplos de resultados obtenidos con éxito son el control hídrico en avellano; el aumento de conservación post cosecha y azúcares en durazno y nectarina, el control hídrico en viñedos, la reducción de la botritis en lilium, el cracking en cereza, etc.

En cambio, para aquellos cultivos hortícolas en invernadero que prefieren hacer las aplicaciones de fertilizantes por vía radicular, tenemos FosilAgro tenemos buenos resultados en fertirrigación que por vía foliar. 

Para dar una respuesta eficiente, a la toxicidad de Aluminio en suelos acidos del sur de Chile hemos probado con buenos resultados aplicaciones de 2 litro por hectárea de ZumSil

En conjunto con CEPA SA hemos conseguido dar una respuesta amplia a las necesidades de aplicación de los distintos cultivos; facilitando el aporte de silicio en todas las situaciones y que en cada caso la absorción y asimilación estén garantizadas.

¿Se sabe todo el potencial del silicio en agricultura o su campo de aplicación y si sus beneficios?

Hay mucha bibliografía y muchos estudios publicados, pero queda mucho camino por recorrer. En nuestros propios estudios, hemos visto que una misma aplicación de silicio puede tener efectos distintos según la dosis, el estado fenológico y las condiciones climáticas. 

El potencial del silicio en la agricultura en Chile recién se conoce, sobre todo en lo que respecta a temas relacionados con la sostenibilidad; reducción del consumo de agua, mayor aprovechamiento de fertilizantes, mayor resistencia a plagas y enfermedades, etc. También queda mucho por hacer en temas relacionados con la conservación postcosecha que mejoren la competitividad de las exportaciones.

Los resultados que se van obteniendo indican que los beneficios de estas experiencias van a aportar grandes avances en una agricultura sostenible que amalgame la producción y calidad de las cosechas con la robustez de los cultivos.

 

El Silicio en la resistencia de los cultivos

 

El Silicio en la resistencia de los cultivos

 jacques Phillippes Truan Laffont

Ingeniero Agrónomo

RESUMEN

El silicio (Si), después del oxígeno, es el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre y considerado no esencial para las plantas superiores. Su absorción puede ocasionar efectos benéficos para algunos cultivos, como la resistencia a plagas. El objetivo del trabajo fue realizar una revisión actualizada de los resultados de investigación relacionados con la resistencia que confiere el silicio a algunos cultivos contra los insectos plagas. Desde hace más de 40 años se están informando los efectos benéficos del Si en la resistencia de los cultivos a los insectos plagas, sin embargo, la información es aún pobre en muchos cultivos y grupos de insectos. Aunque los resultados más alentadores se concentraron en un inicio en el arroz, la caña de azúcar, el maíz y otras gramíneas, se informan también en solanáceas, cucurbitáceas, crucíferas, forestales y el cafeto, siendo más exitosos sobre las especies de insectos que se ubican principalmente en los órdenes Lepidóptera, Hemíptera y Thysanóptera. Entre las fuentes de silicio más empleadas para el manejo de insectos plagas se encuentran la escoria de silicato de calcio y el silicato de potasio.


INTRODUCCIÓN

La nutrición mineral de las plantas ha sido uno de los factores más estudiados con relación a la susceptibilidad y resistencia de las plantas a plagas. De modo general, elevados tenores de nitrógeno y bajas concentraciones de potasio aumentan la susceptibilidad de las plantas a los agentes nocivos (1).

La resistencia de las plantas a las plagas puede ser disminuida o aumentada por el efecto de la nutrición mineral sobre las estructuras anatómicas como, por ejemplo células epidérmicas y cutículas más finas, pared celular con menor grado de salificación, suberización y lignificación. Además de esto, la nutrición puede afectar las propiedades bioquímicas como la reducción de compuestos fenólicos que actúan como inhibidores del desarrollo de plagas o la acumulación de compuestos orgánicos de bajo peso molecular (glucosa, sacarosa y aminoácidos) resultado de la mayor actividad de enzimas descomponedoras como amilasa, celulasa, proteasa y carbohidrasa que se presenta comúnmente con la deficiencia de K (2).

Una planta bien nutrida posee varias ventajas en cuanto a su resistencia a las plagas con relación a una planta con deficiencia nutricional, y dentro de los elementos minerales, el silicio es considerado un elemento benéfico para las plantas pues contribuye a la reducción de la intensidad del ataque del agente nocivo en varios cultivos (3).

El silicio (Si), después del oxígeno, es el segundo elemento más abundante en la tierra, constituyendo aproximadamente el 28 % de la corteza terrestre (4). Es encontrado solamente en formas combinadas, como la sílice y minerales siliconados. Los silicatos son minerales en los cuales el silicio esta combinado con oxígeno u otros elementos como Al, Mg, Ca, Na, Fe, K y otros, en más del 95 % de las rocas terrestres, los meteoritos, las aguas y en la atmósfera (5). Los minerales siliconados más comunes son el cuarzo, los feldespatos alcalinos y las plagioclasas (6).

El Si se encuentra presente en la solución del suelo como ácido monosilícico (Si(OH)4), la mayor parte en forma no disociada, la cual esta fácilmente disponible para las plantas. Debido a la de silicatización causada por el intenso intemperismo y la lixiviación de los suelos tropicales, las formas de Si más encontradas en estos suelos son cuarzo, ópalo (SiO2 NH2O) y otras formas no disponibles para las plantas. Las formas de Si químicamente activas en el suelo están representadas por el ácido monosilícico soluble y francamente adsorbido, ácido polisilícico, y compuestos organo-silícicos (7).

Los efectos benéficos del silicio han sido demostrados en varias especies de plantas y, en el caso de problemas fitosanitarios, es capaz de aumentar la resistencia de las plantas al ataque de insectos y patógenos (8). El silicio puede conferir resistencia a las plantas por su deposición, formando una barrera mecánica (9), y por su acción como inductor del proceso de resistencia (10).

El objetivo del trabajo fue realizar una revisión actualizada de los resultados de investigación relacionados con la resistencia que confiere el silicio a algunos cultivos contra los insectos plagas.

EL SILICIO EN LA PLANTA

El silicio no es considerado esencial para los vegetales superiores porque no responde a los criterios directos e indirectos de la esencialidad (3). A pesar de eso, su absorción puede ocasionar efectos benéficos para algunos cultivos como son resistencia a plagas, tolerancia a la toxicidad por metales pesados, al estrés hídrico y salino, menor evapotranspiración, promoción del crecimiento y nodulación en leguminosas, efecto en la actividad de las enzimas y en la composición mineral, mejoría de la arquitectura de las plantas, reducción del encamado de las plantas y por consiguiente aumento de la tasa fotosintética (8, 11).

Las plantas absorben Si como ácido silícico y evaluaciones sobre la base de materia seca indican concentraciones del elemento entre 0,1-10 % en cultivos como el arroz y la caña de azúcar (8). En general las gramíneas son consideradas plantas acumuladoras de este elemento; sin embargo, algunas dicotiledóneas también parecen demostrar esa característica (8).

Los suelos contienen cantidades significativas de Si, aunque el uso de sistemas de cultivo continuo, algunas formas no disponibles y suelos en desequilibrio biológico, hacen necesario su suministro. La caña de azúcar, por ejemplo, puede extraer hasta 380 kg ha-1 año-1 del suelo (12). Los niveles de Si en los tejidos de cada especie de planta varían en relación con la disponibilidad de Si en el suelo (13).

La mayoría de las especies absorben Si por difusión pasiva, de modo que el Si llega al xilema y alcanza la parte aérea, acompañando al flujo de transpiración. Por otra parte, especies de las familia PoaceaeEquisetaceae y Cyperaceae, que presentan alta acumulación de Si (>4 % de Si en peso seco), absorben Si de forma activa (14). En este caso, el Si es absorbido a través de proteínas específicas de membranas, lo que garantiza la acumulación de Si por la planta, independientemente del gradiente de concentración (15).

El Si absorbido por las raíces es transportado a la parte aérea y depositado intra o extracelularmente en los tejidos vegetales como sílice amorfa hidratada (SiO2 NH2O). En las gramíneas, como maíz, arroz y sorgo, la sílice es depositada en la forma de cuerpos silicosos, principalmente, en las células epidérmicas y en los estomas y tricomas foliares (14).

En muchas especies puede ser encontrada debajo de la cutícula una densa capa formada por la deposición de sílice. Una formación de esa capa ha sido fundamental en condiciones de estrés abiótico, por ejemplo contribuyendo a reducir la pérdida de agua por transpiración y aumentar su eficiencia (16) y en el estrés biótico, sirviendo como una barrera mecánica a la penetración de patógenos y herbívoros masticadores (8, 12).

En las gramíneas el Si se acumula en cantidades mayores que cualquier otro elemento inorgánico. Excepto en ciertas algas, diatomeas y equisetáceas (Equisetum bogotense Kunth, cola de caballo), el Si no es considerado un nutriente. Como resultado de esto, el Si es omitido en la formulación de soluciones de cultivo de uso rutinario y en la fertilización convencional.

Sin embargo, las evidencias muestran que las estructuras de las plantas que crecen en ausencia de Si frecuentemente son más débiles, siendo más susceptibles al estrés abiótico y biótico, como toxicidad por metales, fácilmente invadidas por insectos fitófagos y mamíferos herbívoros (8).

El Si cumple una importante función en la integridad estructural de las células vegetales, contribuyendo a las propiedades mecánicas, incluyendo rigidez y elasticidad (17). El Si está presente en las plantas, principalmente como gel de sílice, en las paredes celulares y como ácido monosilícico en la savia del xilema. El rol de Si en las paredes celulares parece ser análogo a la lignina como un elemento de resistencia y mayor rigidez para la sustitución del agua entre las microfibrillas y otros componentes de carbohidratos en las paredes de las células no lignificadas
A.

El Si constituye entre el 0,1 y el 10 % del peso seco de las plantas superiores. En comparación, el Ca está presente en valores que van de 0,1 a 0,6 % y el S de 0,1 a 1,5 %. El arroz acumula hasta 10 % de Si y, en general, las monocotiledóneas acumulan más Si que las dicotiledóneas, aunque las diferencias pueden darse incluso a nivel de variedad (3, 8). No obstante, los análisis realizados indican que la concentración de Si está más influenciada por la posición filogenética (género, especie) que por factores ambientales, tales como disponibilidad de agua y del mismo Si o la temperatura.

PAPEL DEL SILICIO EN LA RESISTENCIA DE LAS PLAGAS AGRÍCOLAS

En el caso de incrementar la resistencia al ataque de insectos, el papel del Si ha sido atribuido en parte a su acumulación y polimerización en las paredes celulares, lo cual constituye una barrera mecánica contra el ataque; sin embargo, se ha demostrado que el tratamiento de las plantas con Si trae como consecuencia cambios bioquímicos, como la acumulación de compuestos fenólicos, lignina y fitoalexinas (11). En plantas tales como la calabaza (Cucurbita sp.), la avena (Avena sativa L.) y el sorgo (Sorghum bicolor L. Moench) se ha observado que la aplicación de Si trae como consecuencia un aumento en la síntesis de las enzimas peroxidasa, polifenoloxidasa, glucanasa y quitinasa; las cuales están relacionadas con un incremento en la producción de quinonas que tienen propiedades antibióticas, favorecen la mayor lignificación de los tejidos, la disminución en la calidad nutricional y la digestibilidad, todo lo cual genera, consecuentemente, un decrecimiento en la preferencia de los insectos por las plantas (18).

Es criterio de Arruda
B, que a pesar de que se ha verificado que en el cultivo del maíz (Zea mays L.) ocurre gran disponibilidad natural del silicio en la mayoría de los suelos, su efecto sobre las plantas y sobre los agentes biológicos que las atacan, no son suficientes para interferir de manera significativa en la incidencia de plagas y en la prevención de sus daños, por lo que se requiere la realización de más investigaciones.

EFECTOS DEL USO DEL SILICIO EN LA RESISTENCIA A LAS PLAGAS AGRÍCOLAS EN DIFERENTES CULTIVOS

Los trabajos más antiguos del efecto del silicio sobre plagas agrícolas se enfocaron en el cultivo del arroz (Oryza sativa L.). La resistencia de las plantas al perforador del tallo, Chilo supressalis (Walker) (Lepidóptera: Pyralidae), fue positivamente correlacionada con el tenor de silicio, determinado en 20 variedades de arroz. Los autores concluyeron que en las variedades con alto tenor de silicio, fue encontrada una alta correlación lineal negativa entre la sobrevivencia de las larvas y el porcentaje de silicio encontrado en las plantas (19). Para plagas del arroz como delfácidos, thrips y la mosca de la agalla, una aplicación de silicio contribuyó a la reducción de las poblaciones de estos insectos (20, 21).
El efecto de diferentes fuentes de silicio sobre Stenchaetothrips biformis (Bagnall.) (Thysanóptera: Thripidae) en arroz, fue estudiado por diferentes autores (20) donde concluyeron que en los tratamientos en que fue adicionado silicio el número de thrips por hoja fue significativamente menor en relación al tratamiento sin silicio.
En un estudio en que se evaluó la incidencia de las ninfas de Sogatella furcifera (Horváth) (Hemíptera: Delphacidae) en plántulas de arroz cultivadas en concentraciones de Si (0 a 150 ppm de SiO2) se obtuvo una disminución en el número de ninfas del último instar y aumentó el número de individuos machos en la población en estudio (22).
Para la especie Chilo supremain (Walker) (supressalis), plaga del cultivo del arroz; estudios realizados verificaron que la aplicación de 500 kg ha-1 de silicato de potasio proporcionó la reducción de más de la mitad del número de larvas m-2 (23).
Respuestas semejantes fueron observadas por otros autores (24) para Scirpophaga incertulas (Walker), que presentó, con la adición de 2 kg m-2 de cantero de cáscara de arroz carbonizada (rica en silicio), un aumento significativo del tenor del elemento en plantas de arroz con disminución de los daños de la plaga.
En el cultivo del trigo (Tritucum sativum Lam.) se informa la disminución de las poblaciónes de áfidos Metopolophium dirhodum (Walker) y Sitobion avenae (Fabr.) (Hemiptera: Aphididae) después de la aplicación foliar de silicio (1 % Na2SiO2), no sólo como resultado de la deposición de silicio en las células epidérmicas, sino también debido a la mayor solubilidad del mismo dentro de la hoja
C.
Con seis tratamientos de silicato de sodio (0,4 % de Na2SiO2) aplicados a intervalos de cinco días a una dosis de 50 mL por maceta, se logró disminuir la longevidad y preferencia de las ninfas del pulgón verde Schizaphis graminum (Rond.) (Hemíptera: Aphididae), por lo que se consideró que el Si confiere resistencia a las plantas de este cultivo contra el insecto (25).
Otros autores encontraron que la fertilización de silicio induce resistencia en las plantas de trigo contra S. graminum, ya que este elemento produce el aumento de la síntesis de compuestos de defensa de la planta de trigo como la peroxidasa, la polifenol oxidasa y fenilalanina amonio liasa, la reducción de la tasa de crecimiento y también la preferencia de este insecto plaga en plantas tratadas con este mineral (18). En otra investigación se verificó que las plantas de trigo tratadas con silicio (ácido silícico 1 %) fueron resistentes al pulgón verde S. graminum (26).
En un estudio para observar el efecto indirecto del silicio sobre el desarrollo de dos importantes enemigos naturales del pulgón verde, Chrysoperla externa (Hagen) (Neuroptera: Chrysopidae) y Aphidius colemani Viereck (Hymenoptera: Aphidiidae) en plantas de trigo, se demostró que ni el depredador, ni el parasitoide experimentaron cambios en su biología, cuando se alimentan de pulgones que habitan en plantas tratadas con silicio (27).
No se ha comprobado que el uso de silicio en la agricultura pueda alterar la comunicación entre las plantas y los enemigos naturales. Dada la importancia de la integración de los métodos de control de plagas, el estudio de los cambios en las relaciones tróficas implicadas, es fundamental para entender la efectividad del control biológico de los pulgones en las plantas tratadas con silicio (28).
En un estudio fueron tratadas seis variedades comerciales de caña de azúcar (Saccharum spp.) con dos niveles de silicato de calcio (5 000 y 10 000 kg ha-1). Después de la infestación artificial con Eldana saccharina Walker (Lepidóptera: Pyralidae) el peso de las larvas de bórer se redujo en un 19,8 % y la longitud en un 24,4 %. Las variables evaluadas para el tratamiento de Si a 5 000 kg ha-1 quedaron intermedias en relación al tratamiento a la dosis más alta y el control. La interacción entre la variedad y el tratamiento de Si no fue significativa cuando se examinaron individualmente las variedades.
Las variedades susceptibles se podrían beneficiar más del tratamiento con silicio que las resistentes, ya que estas últimas no mostraron un efecto significativo a la aplicación del elemento (29).
En caña de azúcar se asevera que los ataques de plagas podrían reducirse con el uso de cultivares con mayor capacidad de acumulación de silicio, como en el caso del taladrador E. saccharina, en Sudáfrica (30).
Por otra parte no se pudo establecer una relación entre la absorción de Si y la incidencia del bórer de la caña de azúcar (Diatrarea saccharalis F.) en una investigación realizada en condiciones de campo en Brasil (31), lo que se atribuyó a que la incidencia de la plaga en el testigo y los tratamientos fue baja (menor del 4 %), mientras que resultados más recientes verificaron que una mayor absorción de Si en la parte aérea de la caña de azúcar estaba asociada con una menor incidencia del bórer en las variedades más susceptibles (32).
Otro de los cultivos donde más se ha estudiado el efecto del silicio sobre las plagas ha sido el maíz (Zea mays L.) (9), donde se ha encontrado que 48 horas después del suministro de hojas de maíz tratadas con silicio y sin tratar, no existieron diferencias en la mortalidad de larvas de Spodoptera frugiperda Smith, aunque se consideró que aun era pronto para inferir el verdadero efecto del silicio sobre los estados inmaduros del mismo.
Además, se informó que no se observó efecto de silicio (silicato de sodio) sobre la duración de la etapa de larvas y pupas, ni el peso y la mortalidad de las pupas. No obstante, se incrementó la mortalidad y el canibalismo en grupos de larvas que fueron alimentadas con hojas tratadas con Si. Se observó que las mandíbulas de las larvas del sexto instar, mostraron desgaste marcado en la región de los incisivos cuando entraban en contacto con hojas de alto contenido de silicio (9).
Con el objetivo de evaluar el efecto del Si (aplicado al suelo y vía foliar) en interacción con el regulador del crecimiento de insectos lufenurón en el manejo de S. frugiperda en el maíz, fueron realizados ensayos en condiciones de laboratorio e invernadero.
En el laboratorio se evaluó la preferencia de las orugas en hojas desprendidas de las plantas de maíz bajo diferentes tratamientos, así como el consumo y la mortalidad de esta plaga. En invernadero se evaluó la intensidad de las lesiones causadas por las orugas en las hojas, así como el número y la biomasa de las orugas vivas. Los tratamientos no afectaron la preferencia de las orugas en la prueba de libre detección. La interacción de silicio y lufenurón en el manejo de S. frugiperda fue positiva en relación a la aplicación del insecticida solo, lo que se atribuyó a la resistencia mecánica conferida a la hoja por las láminas de silicio depositadas en estas (33, 34).
El efecto del Si se ha evaluado además como táctica para el manejo del pulgón del maíz (Rhopalosiphum maidis Fitch) (Hemíptera: Aphididae). Los tratamientos consistieron en la aplicación de silicio en el suelo (silicato de sodio al 8 %), una aplicación foliar (0,5 % de SiO2), dos aplicaciones foliares, combinación de aplicación al suelo y foliar y un testigo sin tratamiento. Se verificó que en los tratamientos en que se realizó una aplicacion al suelo y otra foliar (0,5 % SiO2), o dos aplicaciones foliares, presentaron el menor número de pulgones, aumentando la resistencia de las hojas y obstaculizando la alimentación de estos insectos (35).
Otros trabajos realizados. en sorgo (Sorghum bicolor L. Moench) (36) evaluaron el efecto de silicio como un inductor de la resistencia al pulgón verde, Schizaphis graminum (Rond) (Homóptera: Aphididae), obteniendo como resultado, la reducción de la preferencia y de la reproducción del pulgón verde, constatado por otros autores que informaron resultados satisfactorios con el empleo del silicio para conferir resistencia a este cultivo frente a S. graminum (37).
La resistencia de 19 genotipos de pastos al ataque del gorgojo de los pastos, Listronotus bonariensis (Kuschel) (Coleoptera: Curculionidae) fue estudiada por otro autor (38), quien confirmó que el número de puestas por plantas se correlacionó negativamente con la densidad de los depósitos de silicio en la superficie inferior de las vainas, lo que también dificultó la alimentación de las larvas.
Otro trabajo más reciente evaluó el efecto de diferentes dosis de silicato de calcio sobre la población de ninfas de la chinche castaña de las raíces Scaptocoris carvalhoi Becker en Brachiaria brizantha (Hochst), concluyendo que la aplicación de 2,6 t ha-1 de silicato de calcio fue la mejor dosis estimada para la reducción de ninfas de este insecto (39).
Varios trabajos aparecen en la literatura relacionados con el silicio y la resistencia a las plagas en papa (Solanum tuberosum L.) y otras solanáceas. Para el áfido Myzus persicae (Sulzer), importante plaga de la papa por ser un vector de virus, además de causar daño directo por la cantidad de savia extraída, se realizó un estudio para comprobar el efecto de silicio (ácido silícico al 1 %) como inductor de resistencia a este insecto. La aplicación de silicio no afectó a la preferencia de los áfidos; sin embargo, disminuyó la fertilidad y la tasa de crecimiento de la población de insectos. El porcentaje de lignina aumentó en las hojas de las plantas a las que se le añadió Si al suelo o foliar, mientras que el porcentaje de taninos aumentó solo en las plantas que recibieron el Si por ambas vías (40).
En otro estudio conducido para evaluar el efecto del silicio e imidacloprid sobre la colonización de las plantas de papa por M. persicae se verificó que el Si redujo la colonización por el insecto y el uso de la mitad de la dosis recomendada de imidacloprid (126 g ha-1).
También fue eficaz en la prevención de la colonización, por lo que la adición del silicato puede ser recomendada como otra estrategia en el manejo integrado de plagas de la papa (41).
Resultados en el cultivo de la papa informan que la incidencia del crisomélido Diabrotica speciosa (Coleoptera: Chrysomelidae) y los áfidos (Hemíptera: Aphididae) no fue influenciada por la aplicación foliar semanal de silicio (ácido silícico 0,5 %) (42).
La mortalidad y el número de lesiones de las ninfas de Thrips palmi Karny en las hojas de plantas de berenjena (Solanum melongena L.), fueron evaluadas después de 3, 6, 9 y 12 aplicaciones foliares de silicato de calcio, el cual disminuyó tanto la población de T. palmi como los daños producidos por las ninfas, mostrando un posible aumento de la resistencia de las plantas de berenjena a esa plaga (43).
En un trabajo que tuvo como objetivo evaluar el uso de diferentes fuentes y niveles de silicio en plantas de tomate sobre aspectos biológicos y ovoposición preferencial del minador de la hoja del tomate (Tuta absoluta) (Meyrick) (Lepidóptera: Gelechiidae), se evidenció que los insectos emergidos de los huevos en los tratamientos basados en la aplicación foliar de silicio mostraron un aumento en la duración de las etapas de larva y pupa, disminución de la supervivencia de las larvas y pupas, del peso de las pupas (macho y hembra) y en la preferencia de ovoposición, no ocurriendo así con las aplicaciones realizadas al suelo (44).
En estudios más recientes, soluciones de Si a 100, 300 y 500 mg L-1 procedente de silicato de potasio (KL2SiO3) fueron aplicadas a plantas de pimiento (Capsicum annum L.) a través de aspersión foliar y en solución saturada al suelo, para evaluar los efectos en poblaciones del thrips del chile (Scirtothrips dorsalis Hood). Los análisis de los tejidos mostraron que a través de la solución saturada al suelo, las plantas fueron capaces de absorber Si en la raíces hasta cerca de 2,5 % (p:p), pero esta no fue trasladada a los tejidos de las hojas o al tallo en una tasa equivalente. La aplicación foliar de Si presentó cerca de 0,5 % (p:p) del elemento en los tejidos de las hojas. Se concluyó que las plantas de pimiento tratadas con soluciones de silicato de potasio no acumulan suficiente niveles de Si en los tejidos para protegerlas contra la alimentación y la reproducción de los thrips (45), ya que los niveles son muy bajos en referencia a lo informado para plantas acumuladoras (14).
Se ha trabajado en la comprobación de la influencia de silicato de calcio y el activador acibenzolar-S-metilo en la inducción de la resistencia al desarrollo de Bemisia tabaci biotipo B (Gennadius) (Hemíptera: Aleyrodidae) en el pepino (Cucumis sativus L.). Se observaron efectos adversos de silicato de calcio y del activador acibenzolar-S-metilo en la población de mosca blanca mediante la reducción de la ovoposición, aumento del ciclo biológico y la mortalidad de las ninfas, recomendando estos como productos para ser utilizados en el manejo integrado de la mosca blanca en este cultivo (46).
Investigaciones realizadas con el objetivo de evaluar el efecto de los inductores de resistencia de dos cultivares de soya (Glycine max L.) a Bemisia tabaci biotipo B se comprobó que la aplicación de silicio provoca un aumento en el contenido de lignina en el cultivar de soya IAC-19 (47). Otros estudios realizados en este cultivo demostraron que la aplicación de silicato de potasio foliar influyó en las variables evaluadas, obteniéndose reducción de las larvas que atacan a la soya (48).
El thrips del plateado, Enneothrips flavens Moulton, se considera una de las principales plagas del maní (Arachis hypogaea L.) en varios países. En un trabajo donde se evaluó el efecto del silicio sobre la población de este insecto fue comprobado que una aplicación de silicio aumenta la protección a las plantas de maní, ya que reduce el número de adultos y ninfas del insecto (49).
La estrategia de tratamiento de Si combinado con lesión mecánica artificial afectó la palatabilidad de la hoja de girasol (Helianthus annuus L.) y el desarrollo de Chlosyne saundersii lacinia Doubleday & Hewitson (Lepidóptera: Nymphalidae), lo cual confierió resistencia a las plantas como consecuencia de la acumulación de Si (50).
En un estudio que tuvo como objetivo evaluar el efecto del silicio sobre el comportamiento de Aphis gossypii Glover en cultivares de algodón Gossypium hirsutum Hutch, se arribó a la conclusión de que la aplicación del elemento no afectaba la preferencia de las variedades, tratadas o no, por A. gossypii (51).
En una investigación realizada para evaluar el uso potencial del silicio como una barrera física que ayudara a reducir el uso de plaguicidas en el manejo integrado de la polilla de las crucíferas Plutella xylostella (L.) se utilizó escoria silicatada (agrosilicio) con un 23 % de Si como fuente del elemento en los tratamientos. Se evidenció un efecto significativo de los tratamientos sobre las variables evaluadas observándose mayor atracción y mortalidad de las larvas en el tratamiento con 12 kg ha-1 de la escoria. El Silicio alteró la anatomía de la mandíbula, causando un desgaste, que pudo haber obstaculizado los hábitos de alimentación del insecto, causando una elevada mortalidad (52).
En los últimos 10 años también se ha estado aplicando Si en los forestales con vistas a conocer si éste confiere resistencia a las plagas de insectos. En un estudio realizado utilizando Agrosilício ®, se evaluó el efecto de la aplicación del elemento sobre el desarrollo biológico de Glycaspis brimblecombei (Moore) (Hemíptera: Psyllidae) en Eucalyptus camaldulensis (Dehn.)
D. La aplicación de Si causó una mayor mortalidad de las ninfas del insecto, reduciendo considerablemente su población.
En otro estudio realizado en Pinus taeda L. el cual tuvo como objetivo evaluar el efecto de la aplicación de silicio (ácido silícico) sobre los parámetros biológicos y morfométricos de Cinara atlantica (Wilson) (Hemíptera: Aphididae) se pudo determinar que la aplicación del ácido silícico provocaba la disminución del número de ninfas/hembra con respecto al testigo. En relación a la morfometría, de los quince caracteres evaluados, pudo verificarse que el ancho de la cabeza y el largo total de la antena de C. atlantica, diferían para los ejemplares desarrollados en plantas tratadas con Si con respecto a los mantenidos sobre el testigo (53).
Por lo general, el manejo de plagas en el cafeto (Coffea spp.) se lleva a cabo sólo con el uso de plaguicidas químicos; sin embargo, los productos alternativos provenientes de silicio aparecen como una opción sostenible para la realización de control de plagas en este cultivo. Fueron realizados estudios para evaluar la eficiencia de silicio en el control de las principales plagas, entre ellas el minador (Leucoptera coffeella Gué.) en comparación con los tratamientos químicos (54), pudiéndose comprobar que la aplicación de 4 L ha-1de silicio líquido soluble (Sili-K) redujo los índices de la plaga, no así con la aplicación en forma sólida.

 CONCLUSIONES

Desde hace más de 40 años se están informando resultados de investigación sobre los efectos benéficos del Si en la resistencia de los cultivos a los insectos plagas; sin embargo, la información es aún pobre en muchos cultivos y grupos de insectos. Aunque los resultados más alentadores se concentraron en un inicio en el arroz, la caña de azúcar, el maíz y otras gramíneas, se informan también en solanáceas, cucurbitáceas, crucíferas, los forestales y el cafeto, siendo más exitosos sobre especies de insectos que se ubican principalmente en los órdenes Lepidóptera, Hemíptera y Thysanóptera. Entre las fuentes de silicio más empleadas para el manejo de insectos plagas se encuentran la escoria de silicato de calcio y el silicato de potasio.

 Link

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